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La semana inició con una protesta de conductores de autos colectivos informales, la cual interrumpió tramos de la ruta del Corredor Rojo, en Manchay, y las primeras cuadras de la avenida Javier Prado, en Ate. Durante estas se quemaron llantas y algunas unidades sufrieron daños.

La protesta de los colectiveros es contra los operativos de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) y la imposición de papeletas. Esta estaría mucho más organizada de lo que parece. «Al carro que esté chambeando, le vamos a bajar las cuatro llantas y todas las lunas. Este beneficio es para todos, compañeros», se escucha en un audio de WhatsApp difundido.

Los directivos de los corredores complementarios han puesto como plazo final el 30 de junio a la ATU para evaluar si se suspende el servicio, lo cual perjudicaría a miles de pasajeros

Cabe señalar que esta no sería la primera vez que un servicio de bus desaparece. El Corredor Amarillo que funcionaba desde Villa El Salvador hasta San Martín de Porres ya no existe. Ahora, el Corredor Morado, que va desde Magdalena hasta San Juan de Lurigancho y transporta 90 mil usuarios al día, podría dejar de funcionar a fines de junio.

«La informalidad hace mucho daño a los corredores complementarios que ofrecen un servicio 100% formal porque, como vemos, día a día, invaden los carriles y paraderos», dijo Ángel Mendoza, representante del Corredor Rojo.

De acuerdo al jefe de la ATU, José Aguilar, la adenda pendiente y otras demandas no estarían listas el 30. Sin embargo, los operativos se intensificarán para respetar los carriles de los buses.

La demanda de los empresarios es elevar las tarifas hasta en 50 céntimos, mediante contrato, para tener menos pérdidas. Sin embargo, el Ejecutivo también evalúa un subsidio para que el incremento no sea percibido por los pasajeros.