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Desde el fallido golpe de Estado que intentó efectuar Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre y tras la asunción de Dina Boluarte a la Presidencia del Perú, las protestas en el país no cesan. Sin embargo, algunas de estas se han radicalizado, al punto de que ciertos aeropuertos fueron tomados.

Como se recuerda, el primero en suspender sus servicios fue el de Andahuaylas, donde los pobladores de Huancabamba ingresaron a sus instalaciones y quemaron dos almacenes. Además, producto de los enfrentamientos, dos personas perdieron la vida.

De igual modo, otro que se sumó a la lista fue el Alfredo Rodríguez Ballón de la ciudad de Arequipa. Este sufrió graves afectaciones, la destrucción del cerco perimétrico, la señalética de seguridad y la remoción de parte de los bordes de la pista de aterrizaje.

La misma escena se replicó el Aeropuerto Internacional teniente Alejandro Velasco Astete del Cusco. En este espacio se realizaron forados en sus instalaciones e intentaron ingresar violentamente.

Asimismo, el Aeropuerto Inca Manco Cápac, ubicado en la ciudad de Juliaca, región Puno, se encuentra inoperativo, dado que dañaron el cerco perimétrico. También se hizo lo propio con el Aeropuerto Alfredo Mendívil Duarte de la ciudad de Ayacucho, con el fin de poner a buen recaudo su infraestructura.