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Desde las calles abarrotadas con mercadería hasta galerías con escaleras obstaculizadas. Ese es el panorama que empeorara con la cercanía de las fiestas  de fin de año. 

 

La tienda con puerta a la calle 738 de la galería Cuzco prefiere lucir sus productos de Halloween en toda la vereda y es que el stand le queda chico, así que la vía pública resulta para los dueños ser su ampliación de tienda.

 

En la galería 783 donde se venden artículos de limpieza, casi todos sobrepasan la línea amarilla que defensa civil indica como límite para que no se invadan los pasillos. Pero los comerciantes  prefieren que los detergentes, las escobas y todo artículo de limpieza ocupen los pasadizos y por qué no hasta las escaleras. Imagínese en una emergencia con todo lo que se tropezaría al intentar evacuar.

 

El mismo panorama se observa en el jirón Puno cuadra 6. En el piso están marcadas las zonas de seguridad y las flechas de evacuación pero muchas de ellas están tapadas por la mercadería de ropa y material de cocina. 

 

Pese a que el año pasado se quemó la galería La Cochera, los comerciantes no aprenden a tomar medidas de precaución. Mientras uno recorre los pasillos de un centro ferretero además de ver que no respetan las zonas, saltan a la vista las estructuras de metal que la propia Municipalidad de Lima no confirma si están prohibidas.

 

¿Qué se necesita para tomar conciencia? ¿Qué tiene que pasar para ser respetuosos de las normas de seguridad? ¿Acaso otra desgracia como Mesa Redonda? No se trata de impedir el libre comercio, se trata de trabajar respetando las medidas de seguridad para evitar una  desgracia.

 

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