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Un caso crítico es el que vive una familia en Chimbote. La señora Elsa Silupu lleva cerca de diez meses en la UCI del Hospital Regional ubicado en la capital de Áncash. Si bien entró tras enfermar de COVID-19, su situación clínica es cada vez más grave.

Elsa Silupu tuvo COVID-19 en febrero. Tras tener el 80% de sus pulmones comprometidos, sufre dos paros cardíacos, uno en marzo y otro en abril.

Tras ello, la señora ha venido padeciendo convulsiones. «Cuando despertó del coma inducido no conectaba con su entorno«, cuenta a LATINA NOTICIAS su hija Paola Loyola. «Desde mayo presenta movimientos involuntarios, han provocado que se lastime las encías y le quitaron piezas dentales para que deje de lastimarse», agrega.

AYUDA QUE NO LLEGA DE NADIE

Paola Loyola, quien padece de ceguera, es quien lidera junto a su padre los esfuerzos para que la señor Elsa Silupu pueda ser trasladada a Lima. Esta familia cuenta con pocos recursos económicos, vive en un puesto de mercado, en Chimbote.

«He venido solicitando ayuda, pero nada, mi mamita se sigue desestabilizando«, lamenta Paola Loyola ante nuestras cámaras.

Su familia pide el apoyo de las autoridades para que la señora sea llevada a Lima, dado que el cuadro clínico de Silupu no presenta mejora alguna.

CÓMO DAR AYUDA Y LLAMADO A LAS AUTORIDADES

«Que nos apoyen para ser trasladada a Lima, porque ella tiene convulsiones», agrega Reynaldo Loyola, su pareja. Su objetivo es conseguir una cama UCI en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN). Cualquier ayuda, llamar al 981513910.

Es preciso indicar que Áncash es una de las regiones que más dinero gana por canon minero. Sin embargo, sus autoridades han sido incapaces de construir infraestructura médica que beneficie a su población. La tragedia de la señora Elsa Silupu es una consecuencia de esta ineptitud en las autoridades regionales.