Conoce el modus operandi de un grupo de delincuentes que engañaban a adultos mayores para quitarle sus dinero de sus tarjetas.
El último 19 de mayo, Punto Final puso en evidencia un acto delictivo que viene dándose de manera continua y a plena luz del día: el «cambiazo» en los cajeros automáticos de conocidas entidades bancarias.
¿De qué manera los hampones aplican esta modalidad? ¿Cuál es su modus operandi? No te preocupes porque, en la siguiente nota de Latina Noticias, te contamos los detalles del último informe del programa dominical.
En una escena aparentemente común en la zona de cajeros automáticos de un banco reconocido, se revela una compleja trama delictiva. Un individuo que simula una leve discapacidad y observa detenidamente los movimientos de los usuarios.
El protagonista responde al nombre de Carlos Córdova, alias «Narco», identificado como un cabecilla de una organización criminal dedicada al robo masivo a través de la modalidad del «cambiazo» en cajeros automáticos.
La escena, mostrada en el reportaje, pone en evidencia a Manuel Otoya, cómplice de Córdova, quien distrae a una víctima mientras esta utiliza un cajero. El sujeto, fingiendo cortesía, advierte sobre un supuesto problema y se ofrece a ayudar.
Tras dicho acto, Otoya realiza un hábil intercambio de tarjetas, dejando a la víctima con un plástico falso. Una vez que el afectado intenta usarla en otro cajero, Córdova entra en escena, fingiendo necesitar ayuda.
Con astucia, observa y obtiene el número de clave de seguridad de la víctima. A través de otro cómplice, identificado como Edgar Bocanegra, estas cifras se transmite rápidamente para perpetrar el fraude.
Teniendo la clave en su poder, los delincuentes realizan transferencias y retiros de grandes sumas de dinero de las cuentas de las víctimas. Así como este caso, otros más se repiten en los cajeros de reconocidos bancos.
De esta manera, este tipo de acciones delictivas pone en evidencia la importancia de la precaución al utilizar cajeros automáticos. La protección del patrimonio personal es fundamental ante la constante amenaza de criminales.
La astucia y coordinación entre los delincuentes, junto con la confianza de las víctimas, son los ingredientes de este elaborado esquema de fraude que busca enriquecer a costa del infortunio ajeno.
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