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Dina Boluarte, la primera mujer jefa de Estado en nuestra historia republicana, ha cumplido un año en el poder. Una vuelta al sol en el que la luz no brilló en demasía. Pues, una aceptación presidencial de apenas 9% según la última encuesta de Datum, un nulo crecimiento del PBI, un incremento de la tasa de inseguridad hasta en 20% con respecto al año pasado y la sensación de que aún estamos por afrontar la prueba más dura con el Niño que se viene.

MUERTES EN LAS PROTESTAS

Luego de que Dina Boluarte iniciara su mandato, se registraron una serie de protestas en el país. Esa quizás sea la mochila más pesada que cargará Dina Boluarte en lo que le resta de gobierno y en más: el de las muertes ocurridas durante las protestas de fines del 22 y comienzos de este año.

Un desmesurado uso de la fuerza, que provocó una violencia con el dramático saldo de 61 personas fallecidas, entre civiles y miembros de las fuerzas del orden. Algunas de estas personas, en absoluto vinculadas a las manifestaciones, donde, vale decir, se mezcló el malestar ciudadano con aquella que dijo respaldar a Castillo, y los intereses de sectores radicales que quedaron en evidencia.

De poco o nada han servido las disculpas ensayadas por Boluarte. En las dos oportunidades en las que se presentó ante la Fiscalía, trascendió que o bien se negó a contestar las preguntas de los abogados de las víctimas o bien se acogió al silencio. Algo complejo de manejar tanto en el frente interno como externo.

Y es precisamente eso lo que pretendió la hoy suspendida Fiscal de la Nación, cuando la semana pasada presentó una denuncia constitucional en su contra por violaciones a los derechos humanos. La denuncia parece ser incompleta y apurada teniendo en cuenta lo sucedido en el Ministerio Público, pero ha puesto a Boluarte en manos del Congreso, con todo lo que eso puede representar.

INSEGURIDAD CIUDADANA

Si bien Dina Boluarte declaró que ahora «el Perú se encuentra en paz» el último mes de noviembre en un encuentro internacional, lo que despertó una ola de críticas respecto a lo que realmente sucede en el país con la ola de violencia que no cede en fuerza.

Luego intentó arreglar el asunto en esa ya conocida tradición político peruana de reinterpretar lo que se ha dicho anteriormente.

«A esa paz me refiero el Perú tiene la mejor presentación económica, política y social y así nos miran allá afuera (…) eso es lo que brindamos al mundo entero, que el Perú es un país seguro, tenemos una delincuencia sí, pero frente a una guerra o lo que vivimos con Sendero Luminoso, a eso me refiero cuando en el exterior digo que el Perú es un país seguro, no es que esté en las nubes o en otro país», declaró Dina Boluarte.

Las cifras no permiten estar en las nubes, menos en otro país. Solo en lo que va de este 2023 la tasa de inseguridad creció, registrándose un incremento de 20% de delitos con respecto al 2022.

Se habló de un plan Boluarte y se puso en estado de emergencia a varios distritos en el país. Los resultados no han sido los esperados, por decir lo menos. Y lo ocurrido recientemente en Pataz no parece dejar mucho espacio a justificaciones.

LUCHA ANTICORRUPCIÓN

«Mi primera medida será enfrentar a la corrupción he visto como la prensa ha dado cuenta de vergonzosos actos de latrocinio en contra de todos los peruanos, este cáncer se debe extirpar de raíz, por eso solicitaré apoyo de la fiscalía de la nación, y la procuraduría para que se expulse a las mafias del estado para que haya sanciones rápidas», dijo Dina Boluarte cuando se colocó la banda presidencial.

A fines de noviembre, una comisión ad hoc del Ministerio de Justicia suspendió del cargo de procurador general a Daniel Soria, alguien que había participado de los interrogatorios contra Boluarte por las muertes en las protestas sociales.

En otros casos, su postura reciente ha diferido mucho de ese inicial mensaje dado cuando asumió la presidencia. Por ejemplo, cuando la prensa ha indagado respecto a las andanzas de personajes vinculados a su gobierno, como su hermano Nicanor.

«Anoche en un medio de televisión tocaron a uno de mi familia que dice lo vienen siguiendo desde marzo hasta hace unos días, y que han encontrado que lo han visitado en el día de su cumpleaños, la persona que mencionaron no trabaja para el estado y está en su total libertad de recibir a quien se le pegue la gana es su cumpleaños», expresó la presidenta.

ECONOMÍA PARA TODOS

Si bien no hay margen de discusión respecto al recientemente celebrado ceviche peruano, el manejo económico sí y será decisivo para lo que poco o mucho que reste de gobierno de Dina Boluarte. En estos meses, se ha hablado de recesión y del peor año en términos económicos en el último cuarto de siglo, pero aún hay un camino por recorrer. Todo no parece estar perdido

A la espera del real impacto del Niño, urge que el gobierno tome el toro por las astas y cambié la gris percepción actual, que ahuyenta la confianza en nuestra economía, aún bastante sólida.

La APEC 2024, de la que el Perú será anfitrión, puede ser un gran punto de partida, pero dependerá mucho de la mano de Boluarte y su gobierno para realmente señalar que el Perú está de vuelta, o como ella dice it’s back.

Mención aparte merecen los viajes de la presidenta, que no han estado ajenas a la crítica, como la de su supuesto encuentro con Joe Biden o con el Papa Francisco. Ha viajado cinco veces en lo que va del año, en momentos en los que para algunos hubiera sido mejor quedarse en el país.

Dina Boluarte entra a su segundo año con más dudas que certezas. Se le presentan grandes retos, inversamente proporcionales a su crédito político ¿Tendrá la capacidad para afrontarlos? ¿Alberto Otárola seguirá siendo un actor medular? Preguntas al aire mientras vemos como el Ejecutivo cumple su papel en el último culebrón político, que parece haber sido escrito por el peor guionista de una serie de streaming.