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La Fiscalía Anticorrupción intervino las oficinas de la empresa Frigoinca, en Miraflores, Lima. Se trata de la compañía que, como reveló el último fin de semana Punto Final, pagó una serie de sobornos a funcionarios para alterar pruebas sanitarias y así seguir distribuyendo sus productos con el programa Qali Warma, afectando la salud y alimentación de los niños más pobres del Perú.

La diligencia, a cargo de la fiscal Jenny Huachillo, exigió a la empresa Frigoinca la exhibición de documentación sobre sus contratos con el programa Qali Warma, a cargo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), así como que se exponga la relación laboral con Frigoinca de Noemí Alvarado y Michael Burga Farro, involucrados en la denuncia por corrupción de funcionarios.

Asimismo, el tercer despacho de la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Puno, a cargo del fiscal William Otazu Pinto, intervino las oficinas de Qali Warma ubicadas en dicho departamento.

Las diligencias se extendieron hasta las oficinas de la Dirección Regional de Salud (Diresa) de Puno, así como a las de la institución educativa Gamaliel Churata, como parte de la investigación preliminar contra el funcionario de la Diresa, Ronald Loza, y la representante de la empresa Frigoinca, Noemí Alvarado, por la presunta comisión del delito de cohecho pasivo propio.

FRIGOINCA, PROVEEDOR DE QALI WARMA, PAGÓ COIMAS PARA ENCUBRIR MAL ESTADO DE PRODUCTOS

Punto Final reveló el domingo 6 de octubre la existencia de un esquema de corrupción en el que Frigoinca, proveedora de Qali Warma, evadió su responsabilidad en la intoxicación de más de 20 escolares con el pago de coimas a funcionarios del sector salud.

Mediante mensajes de WhatsApp y acuerdos, representantes de la empresa lograron que las muestras de alimentos fueran cambiadas para evitar que los análisis confirmaran su responsabilidad en la intoxicación de los escolares. La empresa incluso seleccionó los laboratorios que realizarían los análisis falsificados.

Uno de los personajes clave en esta trama es Noemí Alvarado, del área de ventas de Frigoinca, quien bajo órdenes directas de su jefe, Michael Burga Farro, director comercial de la compañía, estuvo en constante comunicación con Ronald Loza, de la Dirección Regional de Salud. Esto para coordinar la manipulación de muestras en el incidente de intoxicación alimentaria que afectó a un grupo de niños en una escuela de Puno. A través de sobornos y acuerdos, Frigoinca logró que los análisis culparan al agua de la intoxicación en lugar de a sus productos.

Punto Final prepara para este domingo la segunda parte de este revelador reportaje, a cargo de la Unidad de Investigación de Latina Noticias.

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