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El último jueves 23 de mayo, la Junta Nacional de Justicia destituyó a Patricia Benavides del cargo de Fiscal de la Nación. A solo dos semanas de terminar el plazo de su suspensión y volviera a ocupar el máximo cargo en el Ministerio Público.

La Junta por unanimidad decidió apartarla concluyendo que ella intervino en la investigación fiscal que se seguía contra su hermana, la juez Enma Benavides, forzando un motivo de “productividad” para sacar del caso a la fiscal Bersabeth Revilla.

Esta medida sorprendió ya que Jaime Villanueva, su exasesor, se animó un día después, a declarar ante cámaras, mandando mensajes a todo aquel que quiera entenderlo.

La decisión de destituir a Benavides fue unánime en la Junta Nacional de Justicia, pese a que inicialmente tanto María Zavala, la ponente, como Guillermo Thornberry pidieron inhibirse de la causa. La primera debido a que tenía una hija trabajando en el Ministerio Público, como fiscal en Piura, nombrada por la exfiscal Zoraida Ávalos, pero eso fue hace unos meses.

Actualmente, la hija de Zavala ya no labora en esa institución. El segundo, debido a que fue mencionado por Villanueva como aquel que filtraba información a Benavides de la Junta Nacional de Justicia.

Antes del informe Cartolini, la fiscal Bersabeth Revilla obtuvo premios internos y del Ministerio de Economía y Finanzas por su alta productividad. ¿Qué es lo que viene para ambos personajes, en algún momento íntimos colegas, hoy, separados como protagonistas de la peor crisis institucional del Ministerio Público?