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De entregarse o ser apresado por la Policía, el expresidente brasileño Lula da Silva sería alojado en el complejo médico penal de Piñais, en Curitiba. Allí ya preparan una celda especial para el exmandatario, un espacio alejado de los otros 659 reos donde pueda estar protegido. 

 

Sin embargo su celda sería como la de todos los demás. Un espacio de 12 metros cuadrados separado con portones metálicos. Se trata de una prisión a la que son enviados en su mayoría delincuentes con problemas mentales, pero también funcionarios públicos con sentencias por corrupción. 

 

Entrega de Lula Da Silva

 

El expresidente Lula Da Silva tenía hasta hoy a las 3 de la tarde -hora peruana-, para entregarse a las autoridades. Esto luego que el juez Sergio Moro le diera un plazo que vence a las 17.00 hora local (20.00 GMT) de este viernes para presentarse ante la Policía Federal de Curitiba para cumplir una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero. 

 

Juez Sergio Moro

 

Un luchador contra la corrupción endémica en Brasil o un justiciero puritano que criminaliza la política: esas imágenes se proyectan sobre el juez Sergio Moro, que dio su «gran golpe» al ordenar detener al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

 

En julio pasado, ya había condenado al ícono de la izquierda a 9 años y medio de cárcel, por corrupción pasiva y lavado de dinero. Un fallo confirmado y una sentencia aumentada a 12 años y un mes en enero, por un tribunal de apelación.

 

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