Conoce cómo es que la muerte de un caballo durante la Noche Blanquiazul, destapó algunos ascensos dentro de la Policía Montada.
El último lunes, mientras se desarrollaba la Noche Blanquiazul, la imagen de un caballo de la policía, muerto en medio del tráfico limeño, generó indignación colectiva a través de las redes sociales. Este animal fue embestido en las inmediaciones del Estadio Nacional cuando huía despavorido producto de los fuegos artificiales que lanzaron por la presentación de Alianza Lima.
Es por ello que en Punto Final hay una interrogante, y es que este hecho ha ocurrido durante la gestión del actual ministro del Interior, Víctor Torres, quien trabajó en la Unidad Montada del Potao.
El ministro Víctor Torres Falcón cumple dos meses en su cargo, de igual manera, cumple dos meses en el Perú, pues los últimos años, vivió en Estados Unidos y regresó el 21 de noviembre de 2023. Ese mismo día se convirtió en ministro en reemplazo del censurado Vicente Romero.
Torres Falcón es un general de la policía en retiro y, así como Romero, integró la Guardia Civil. Fue integrante de la promoción “Los Audaces” y quienes lo conocen, señalan que tuvo una carrera discreta en su institución, pero si hay algo que destacan por encima de todo es su amor irrenunciable por los caballos.
Torres Falcón lideró la unidad montada del Potao, primero como comandante y como civil, continuó participando de eventos y torneos de equitación que tenía en frente. Siempre en el Potao. Nunca se desligó de ahí. ¿Por qué tendría que cambiar como ministro?
Hay un patrón que se repite desde que Torres es ministro y es la cantidad de oficiales que han sido enviados a servir al Potao este año a diferencia de años anteriores. Por ejemplo, de los nueve que fueron designados en el 2023, este año, son 24.
Antes había un teniente y, hoy, hay siete. En el 2023, no había alférez. Hoy son nueve, que están en esa unidad montada en lugar de, estar en comisarías, por ejemplo. Algo parecido ocurre en la unidad montada de Tacala en Chorrillos. De cuatro oficiales pasamos a trece.
Por resolución ministerial, el actual jefe del Potao es el recientemente ascendido comandante, Martín Alzamora Rodríguez. Este personaje no es ajeno para el ministro. Hasta hace unas semanas lo acompañaba en sus eventos oficiales como su edecán. Incluso, en redes sociales lo trata como a hijo.
Lo mismo que Torres hizo en la unidad montada, replicó en el ministerio del Interior. Armó su círculo de confianza con ex miembros de su promoción “Los Audaces” y con colegas que comparten su pasión por los caballos como es el caso del comandante en retiro Héctor Pascuali, nombrado el 19 de diciembre, quien es su asesor principal.
El segundo asesor es el controvertido general de la policía en retiro y exmiembro de la Guardia Civil, Enrique Blanco, actual militante de Renovación Popular. Blanco también es compañero de promoción de Torres y fue designado el 29 de noviembre. Blanco y Pascuali, según nuestras fuentes, son las personas que más escucha el ministro.
Mientras Torres ubica a su personal de confianza, por otro lado, inició una ola de destituciones en la cartera. El que más llamó la atención es el de la abogada Sonia Medina, desde hace años líder de la procuraduría antidrogas y, desde marzo del año pasado, directora general de la Dirección General Contra el Crimen Organizado del Ministerio del Interior.
El 28 de diciembre, Torres firmó una resolución aceptando la renuncia de Medina al cargo. Pero había un detalle: ella no había renunciado.
En los nueve meses que estuvo al frente de la Dirección General Contra el Crimen Organizado, Medina y su equipo venían trabajando de manera sostenida para impulsar políticas contra la delincuencia. Pero esto se interrumpió de un momento a otro por la decisión de Torres.
El último jueves, Torres nombró en lugar de Sonia Medina al general en retiro Walter Ortiz, quien, al igual que el asesor Enrique Blanco, estuvo al frente de la Macro Región Sur cuando servía en la policía. Pero si esto fuera poco. Lo más grave que está sucediendo en el sector Interior es, de acuerdo con nuestras fuentes, la ruptura de la relación con el comandante general de la policía, Jorge Angulo.
La ruptura, indican, comenzó por el interés de Torres en interferir en los cambios de colocación de fin de año en la policía de oficiales superiores y generales. Al punto que hoy, señalan las fuentes, la relación es insostenible. Pero Torres no puede cambiar a Angulo debido a que una reciente ley se lo impide.
El ministro Torres no aceptó una entrevista para este reportaje. Desde la oficina de prensa, indicaron que los cambios y despidos hechos en el sector “responden a un proceso renovación de cuadros, cuyo objetivo es seguir fortaleciendo el sector en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado” e indicaron que sobre el caso de la abogada Medina responden “a un proceso renovación de cuadros, “en función a objetivos institucionales, no en función a personas”.
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