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El gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, estuvo en una situación crítica en Huanta, donde manifestantes del paro antiminero le lanzaron botellas, piedras y palos. De hecho, más de 15 mil personas se congregaron en el estadio local y rodearon a Oscorima, quien buscaba anunciar propuestas para resolver la huelga indefinida.

Según Estación Wari, agentes de la Policía Nacional (PNP) realizaron tres disparos de bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes, aunque la situación se tornó incontrolable al punto de que Oscorima debió abordar un helicóptero para protegerse.

La movilización, convocada por el Frente de Defensa y Desarrollo de la Provincia de Huanta, el Comité Antiminero de Huanta, organizaciones de regantes de varios distritos y comunidades campesinas, resultó en el cierre de mercados, centros comerciales y bloqueo de las principales vías de acceso solo en su primer día. Durante el cuarto día, la población bloqueó carreteras.

Las protestas buscan el cese de la actividad minera en la zona de la cuenca del Razuhuillca, la cual abastece de agua a toda la ciudad de Huanta. Los manifestantes, quienes mencionan que tanto la minería ilegal como la formal están amenazando esta fuente de agua, piden la intervención inmediata de las autoridades. 

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