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El chicle es una de las golosinas muy popular entre chicos y grandes; sin embargo, su consumo no es muy recomendado debido a la alta cantidad de azúcar que contiene. Los estudios demuestran que consumir mucho azúcar puede afectar el aumento de peso, la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y las caries.

La nutricionista Paula Tuffy sostiene que estamos contribuyendo a la propagación de la diabetes en la infancia al darles consumo de azúcar y alimentos procesados.

“Además de llegar a ser adulto con otras comorbilidades, como hipercolesterolemia, hipertensión, enfermedades reales y cardiovasculares, un niño que se acostumbra a comer dulces puede perder el hábito saludable, pues se vuelve adictivo y altera el verdadero sabor de los alimentos”, señala el especialista. 

También se produce una ingesta excesiva de aire, especialmente si el niño mastica rápidamente o con la boca abierta. “Puede provocar molestias abdominales, flatulencias e hinchazón, además de desarrollar gastritis o incluso una úlcera”, explica Tuffy.

RIESGOS DE TRAGARLO

Por otro lado, el odontólogo Sergio Pinto remarca que no debemos olvidarnos del cuidado de la salud bucal de nuestros niños.

“El chicle de azúcar puede contribuir a las lesiones de caries, ya que proporciona alimento a las bacterias presentes en la boca, lo que lleva a la producción de ácidos que dañan el esmalte dental”, comenta.

El médico remarca que no se recomienda el consumo de chicle en los niños muy pequeños que no tengan la capacidad de escupir, pues podrían ahogarse. 

“No se digiere de la misma forma que los alimentos normales y puede permanecer mucho tiempo en el sistema digestivo. Ingerir grandes cantidades en poco tiempo puede provocar obstrucciones en el tracto gastrointestinal, especialmente en niños pequeños”, explica Pinto.