Es común bostezar cuando vemos a alguna persona cerca haciéndolo o incluso en una imagen. De pronto, nuestras mandíbulas se separan de forma involuntaria. Según la revista Discover, el pensar en bostezar puede provocar uno.
En promedio, bostezamos 20 veces al día. De acuerdo a una primera hipótesis, sería una manera del cerebro para regular su temperatura interna.
Otra de ellas señala que bostezar incrementa el estado de alerta, puesto que normalmente lo hacemos entre actividades opuestas como estar sentado y realizar actividad física.
Algunos estudios indican que se relaciona con la empatía. Una investigación de 2020 demostró que es más probable que las personas bostecen cuando están cerca de amigos y familiares. Cuando más cercanos son, más profundos son los bostezos.
Del mismo modo, la acción sería producto de las neuronas espejo, las cuales se activan cuando realizamos una acción nosotros mismos, así como cuando vemos que alguien más la hace.
Este fenómeno estaría vinculado a la socialidad. Los primates bostezan en respuesta a sus pares, por ejemplo.
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