La progresión y los estiramientos son claves para prevenir lesiones y potenciar los beneficios de la actividad física.
La progresión y los estiramientos son claves para prevenir lesiones y potenciar los beneficios de la actividad física.
Un calentamiento adecuado, adaptado a cada tipo de ejercicio, es esencial para preparar el cuerpo, según el fisioterapeuta deportivo Pere Palmada, del Hospital Clínic de Barcelona. “En muchos casos, se dedica más tiempo al calentamiento que a la actividad deportiva”, afirma. Además, tras finalizar el ejercicio, es fundamental realizar estiramientos que controlen el tono muscular y ayuden al metabolismo a recuperarse.
La actividad física no solo mejora la forma física, sino que incrementa la esperanza y calidad de vida. También ayuda a regular la presión arterial, fortalecer los huesos, reducir el riesgo de cáncer, mejorar la salud mental y el sueño, y controlar enfermedades como la diabetes y afecciones cardiovasculares. Sin embargo, para evitar lesiones, es indispensable fijar objetivos progresivos a corto, medio y largo plazo, preferentemente con la supervisión de un profesional.
Los estiramientos varían según la actividad. Antes de ejercicios como correr, se recomienda estirar dinámicamente para activar los músculos. Al concluir, los estiramientos pasivos o estáticos contribuyen a la relajación muscular y previenen sobrecargas. Palmada señala que estar físicamente activo durante el día no es suficiente: «Una posición activa no implica que el cuerpo esté preparado para correr diez kilómetros sin calentar».
Si, pese a los cuidados, ocurre una lesión, la recuperación es clave para evitar secuelas. El fisioterapeuta sugiere retomar la actividad progresivamente, midiendo la intensidad hasta recuperar el nivel previo al problema. La mejor señal de una recuperación completa es poder realizar varios entrenamientos sin molestias.
Palmada también subraya la importancia de acudir a un especialista desde el inicio de la lesión. Intentar sanar por cuenta propia suele alargar el proceso. Las lesiones más difíciles de tratar son las que afectan las articulaciones, como las rodillas y caderas, o los tendones, siendo la rotura de ligamentos cruzados una de las más complejas de recuperar. Con un plan de rehabilitación adecuado, las personas pueden evitar complicaciones y regresar con éxito a su rutina deportiva.
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