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Con 26 años, Adrián Infante se ha convertido en un hombre lleno de retos. Desde los cinco años, cuando llegó a la disciplina de los clavados, no ha dejado de superarse

«Lanzarse de 3 o 10 metros, hacer piruetas, giros, vueltas, todo eso libera tal adrenalina que desde pequeño me ha llamado la atención. Soy hiperactivo, así que eso me relaja y lo disfruto mucho. Aunque no parezca le tengo miedo a las alturas, pero cuando no hay agua abajo. Al ver el agua me da la tranquilidad de poder saltar. Es más que todo vencer al miedo que sientes de lanzarte al vacío. En la repetición uno se va perfeccionando y perdiendo ese miedo», remarcó.

Y no solo es deportista calificado, ya que está estudiando medicina. «Es complicado, ya que ya estoy en la etapa de prácticas en los hospitales, con guardias nocturnas y diurnas, así como rotaciones en diversos hospitales. A veces he faltado a clases para venir a entrenar y he faltado a entrenamientos para ir a clases, pero en el balance se encuentra el ritmo», indicó.

Además, indicó que ser pequeño ayuda mucho para ser más compacto en el aire y hacer las piruetas. Asimismo, recomienda comenzar desde muy niño a practicar este deporte. En los Juegos Panamericanos Lima 2019, él competirá al lado de su compañero de salto sincronizado Daniel Pinto. «El objetivo es meternos en los tres primeros puestos», concluyó.