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Diez años después de su llegada a América Latina, el Rally Dakar se desarrollará enteramente en Perú, siendo Lima la sede principal en la que se dará la partida el 6 de enero y la meta once días más tarde, según informaron este viernes los organizadores. La carrera constará de 10 etapas y una jornada de reposo en el sur, “muy posiblemente en Arequipa”, con muchos tramos en dunas y arenas, que la convertirán en “la más africana de las ediciones americanas”, según reveló Etienne Lavigne, director de la prueba.

 

Las tierras peruanas acogerán totalmente la competencia automovilística de tramo abierto más difícil del mundo luego de que problemas de presupuesto disuadieran a Bolivia, Chile y Argentina, por primera vez en una década, de no recibir en sus tierras al Dakar. Paraguay, el cuarto país ya recorrido por la carrera, quedaba pues descartado, ya que obligaba a pasar por Argentina, lo que ha obligado a los organizadores a centrarse en Perú, un país que, en palabras del director del Dakar, «ha mostrado un gran potencial y todavía esconde mucho».

 

“Nos han dicho que la coyuntura económica no es buena y que preferían en esta ocasión no recibir al rally, que tenían otras prioridades», indicó Lavigne, que también aseguró que las renuncias del resto de países sudamericanos les obligaron a retrasar el lanzamiento del recorrido y la apertura de las inscripciones, pero que no sintió inquietud sobre la programación de la carrera.

 

 

 

Perú ofrece mucho

 

“Todos los participantes contaron maravillas de su paso por Perú el año pasado. Será el Dakar con más desierto desde el que tuvo lugar en Egipto en 2000. El desierto de Perú se ha revelado como una gran aventura”, afirmó Lavigne, que recordó que en la primera semana a su paso por allí abandonaron ilustres candidatos como el nueve veces campeón del mundo de rally Sébastien Loeb o el español Nani Roma, doble vencedor del torneo.