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Marcus Jordan, el segundo de los tres hijos del icónico jugador de baloncesto Michael Jordan, ha vuelto a estar en el centro de la controversia tras ser arrestado en la madrugada del pasado domingo. Según los informes, el joven fue enviado a la cárcel del condado de Orange en Orlando, Florida, tras ser acusado de conducir bajo los efectos del alcohol, posesión de cocaína y resistencia al arresto.

El incidente tuvo lugar alrededor de la 1:14 a.m. en Maitland, Florida, cuando el Lamborghini de Marcus Jordan quedó atascado en unas vías de tren después de una noche de fiesta. La policía, alertada por la situación, encontró su vehículo y notó señales evidentes de que había intentado alejarse del lugar, incluyendo daños en el parachoques y piedras levantadas.

Los oficiales sospecharon que Jordan podría haber evadido un control policial previo debido al fuerte olor a alcohol que emanaba de él durante el interrogatorio. Al ser preguntado, el hijo de la leyenda de la NBA alegó haberse perdido y solicitó ayuda para mover su coche de las vías. Sin embargo, los agentes notaron que su discurso era arrastrado y que tenía los ojos enrojecidos y vidriosos, lo que indicaba un posible estado de embriaguez.

SE RESISTIÓ ANTE LA POLICÍA

A lo largo del procedimiento de arresto, Marcus se mostró resistente, dificultando el trabajo de los oficiales mientras intentaban llevarlo al coche patrulla. Se informa que durante el trayecto a la cárcel, el joven estuvo “cantando todo el camino”, un comportamiento que ha llamado la atención por su naturaleza desafiante.

Este episodio no es nuevo para Marcus Jordan, quien ya había tenido problemas con la ley en 2012, cuando fue arrestado tras una discusión en estado de embriaguez con dos mujeres frente a un hotel en Omaha. En esa ocasión, fue acusado de alterar el orden público, resistencia al arresto y obstrucción a la justicia, aunque luego se declaró culpable de alterar el orden público y pagó una multa.

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