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En una tarde que comenzó tranquila en una óptica ubicada en la avenida Tupac Amaru, en el distrito de Carabayllo, dos valientes trabajadoras vivieron momentos de tensión y peligro cuando un hombre, aparentando ser un cliente, reveló sus verdaderas intenciones: sacó un arma de su morral y amenazó las mujeres que se encontraban en el establecimiento.

«Me pregunta cuánto está la consulta. Entonces yo le digo que está 15 soles… Luego me dice que quiere saber si en esta montura se puede poner una luna, y mete la mano a su morral. Es ahí cuando saca el arma y nos apunta a las dos», relató una de las empleadas de la óptica.

Ante la amenaza, una de las mujeres entregó su celular de inmediato. Sin embargo, la otra decidió no dejarse robar. Retrocedió y, del mostrador, extrajo un gas pimienta rociándolo en el rostro del delincuente.

Aprovechando la confusión, salió del local para pedir ayuda, pero se encontró con la indiferencia de quienes pasaban, incluido un hombre que terminó siendo cómplice al subirse al auto negro en el que escaparon los delincuentes.

«En el auto negro había un chico más, una chica adelante y el piloto», describieron las víctimas. A pesar de la presencia de un patrullero de la comisaría de Santa Isabel, pocos minutos después las empleadas denunciaron que los agentes no realizaron un seguimiento adecuado del vehículo.

«El accionar de ellos no ha sido justo, porque solo habían pasado 3 minutos desde que los delincuentes se habían ido y no los han seguido. Sobradamente pudieron haberlos atrapado», dijeron las afectadas.

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