SICARIOS MEGAPUERTO DE CHANCAY
Erick Pardo García, conocido en el mundo criminal como el temido «Roro», había sido reconocido por varias víctimas de extorsión como uno de los principales responsables de las amenazas que recibían luego de firmar contratos como proveedores del Megapuerto de Chancay.
Sin embargo, alguien más, un hombre que hasta ese momento había intentado pasar desapercibido, encabezaba la operación, imponiendo su dominio sobre otras bandas criminales y manteniendo a emprendedores en la zona bajo su control, entre ellos, Marcos, un empresario metalúrgico, y Manuel, del rubro chatarrero. Los criminales les exigían el pago de S/ 30 mil para seguir operando.
La investigación detrás de esta red criminal reveló nombres clave. Uno de los principales responsables fue Erick Pardo García, conocido en el mundo del crimen como «Roro». A pesar de ser uno de los rostros visibles, Pardo no era el único líder de la red. En las sombras, operaba Paúl Zárate Leyva, un hombre que se había convertido en el cerebro detrás de la organización y que vio en el Megapuerto una oportunidad de expandir sus negocios ilícitos.
«Este sujeto es el que actualmente lideraría esta banda criminal que no ha permitido el posicionamiento o protagonismo de otras y entonces hubo varios eventos violentos. No solo los ataques a las víctimas, sino también relacionados al sicariato que se producen por la pugna«, indicó el coronel Manuel Cruz, jefe de la División contra el Crimen Organizado (DIVINCCO).
Fue en 2015 cuando el nombre de Paul Zárate Leyva apareció por primera vez en los titulares, tras verse involucrado en un atentado criminal. Ese ataque destapó una guerra por el control de los cupos de construcción civil en Chancay, en la que Zárate Leyva jugaba un papel clave. Aunque resultó gravemente herido, logró sobrevivir al atentado, marcando el inicio de su fama en el mundo del crimen organizado en el norte chico. Al siguiente, en 2016, fue sentenciado por la fabricación, almacenamiento y comercialización de bombas.
Entre 2016 y 2021, Paul Zárate Leyva fue sentenciado por la fabricación, almacenamiento y comercialización de explosivos. Además, fue denunciado por varios delitos, entre ellos homicidio, lesiones leves, maltrato y violencia contra la mujer, resistencia a la autoridad y hurto. Para ese entonces, según las investigaciones de los pesquisas de crimen organizado, Zárate, conocido entre sus aliados y enemigos como «El Negro Paul», ya se había empoderado como uno de los cabecillas de la organización criminal «Los Malditos de Promarza».
Fue en 2023 cuando volvieron las denuncias contra Paul Zárate Leyva por homicidio simple, robo agravado, fabricación y comercialización de armas, y tráfico ilícito de drogas. Junto a sus cómplices, impuso poder sobre bandas rivales.
En un operativo reciente de la DIVINCCO, «Roro» fue arrestado junto con varios miembros de su banda. Durante el allanamiento de su vivienda, se encontraron artefactos explosivos, confirmando el grado de violencia con el que operaba.
Sin embargo, ironías de la vida, alias «Roro», el mismo hombre que había sembrado el terror, negaba su implicación y suplicaba ahora clemencia, lo mismo que pedían sus víctimas en sus momentos de desesperación, cuando se veían atrapadas por las amenazas.
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