Un recorrido en plena hora punta reveló cuál es la mejor opción para moverse por la ciudad. Mientras los autos quedan atrapados en el tráfico, las bicicletas avanzan con mayor fluidez, pero enfrentan otros desafíos.
Moverse por Lima en hora punta es un verdadero reto. Los embotellamientos son parte del día a día, y en medio del tráfico surge la pregunta: ¿qué es más rápido, la bicicleta o el auto? Para responder a esta duda, el equipo de Adaptación de Latina Noticias realizó un experimento en dos momentos del día, comparando el tiempo de viaje en ambos medios de transporte.
El primer recorrido se realizó por la mañana, a las 8:00 a. m., desde la Av. Arequipa hasta la Av. San Felipe, en plena congestión vehicular. Mientras la bicicleta avanzaba con fluidez por la ciclovía, el auto se quedó atrapado en el tráfico. A pesar de algunos obstáculos, como el cruce con la Av. Javier Prado, el ciclista llegó en 26 minutos, mientras que el auto tardó 48 minutos, una diferencia de 22 minutos a favor de la bicicleta.
El segundo trayecto se hizo por la noche, desde la Av. San Felipe hasta la Plaza de Armas. A pesar de que el tráfico era menor, la falta de ciclovías y el peligro de compartir vía con autos dificultaron el viaje en bicicleta. Aun así, el ciclista llegó en 32 minutos, mientras que el auto tardó 1 hora y 12 minutos.
Según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), la velocidad promedio de los autos en Lima es de apenas 14.6 km/h en hora punta, mientras que un ciclista promedio alcanza entre 12 y 15 km/h. En muchos casos, la bicicleta puede ser más rápida, aunque no siempre más segura.
Sin embargo, este experimento también expuso una realidad preocupante: la falta de infraestructura para ciclistas en la ciudad. En varios puntos del recorrido nocturno, el ciclista tuvo que esquivar autos que invadían las ciclovías o incluso subirse a la vereda para evitar accidentes. Esta falta de planificación y cultura vial pone en riesgo a quienes eligen la bicicleta como medio de transporte.
El experimento dejó en evidencia que, si bien la bicicleta es una opción eficiente para evitar el tráfico, aún queda mucho por hacer para garantizar la seguridad de los ciclistas. La falta de ciclovías, el mal diseño de las existentes y la poca cultura vial hacen que optar por la bicicleta sea un riesgo diario. Si Lima quiere apostar por una movilidad sostenible, la infraestructura y la seguridad deben ser prioridad.
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