El Nobel peruano falleció en Lima a los 89 años, rodeado de su familia. En sus últimas voluntades, dejó instrucciones precisas sobre cómo debía ser su despedida.
Mario Vargas Llosa falleció el último domingo 13 de abril en Lima, a los 89 años, tras una vida dedicada por completo a la literatura. La noticia fue confirmada por sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana, quienes informaron a través de un comunicado en redes sociales que el escritor murió en paz, acompañado por sus seres queridos. La pérdida conmocionó a la comunidad literaria y a lectores de todo el mundo, que han seguido su obra por décadas.
Fue en el comunicado oficial donde su familia reveló una decisión que sorprendió a muchos. Tal como lo había pedido en vida, Mario Vargas Llosa no tendrá velorio público ni homenajes multitudinarios. Su despedida será íntima y reservada únicamente para familiares y amigos cercanos, en un gesto que refleja su deseo de partir en absoluta privacidad.
“Esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, señalaron sus hijos, quienes aseguraron que seguirán sus instrucciones al pie de la letra.
Entre ellas, que sus restos no fueran enterrados, sino incinerados. “Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados”, se confirmó en el comunicado.
Su muerte marca el final de una de las trayectorias más destacadas de la literatura en español. Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, fue autor de novelas emblemáticas como «La ciudad y los perros«, «Conversación en La Catedral» y «La fiesta del Chivo». Su estilo narrativo complejo, su compromiso con la libertad y su crítica a los sistemas de poder lo convirtieron en una figura indispensable del “Boom Latinoamericano”.
En su juventud, Vargas Llosa estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado del Callao, una experiencia que marcó su obra y su visión del mundo. Justamente allí, días antes de su fallecimiento, un grupo de cadetes realizó un homenaje simbólico por su 89° cumpleaños, en reconocimiento a su legado. Su hijo Álvaro había revelado que el autor se mantenía animado, aunque con días de mayor cansancio.
Con su muerte, el mundo pierde a uno de los autores más influyentes del siglo XX y XXI. Sin embargo, su obra seguirá viva en las bibliotecas, en las aulas, en los lectores de todas las edades. Mario Vargas Llosa no solo escribió sobre la libertad: la vivió y la defendió hasta el final. Y, como en toda su vida, también su despedida fue una afirmación de esa libertad.
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