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El gobierno de izquierda en España ha generado un importante cambio cultural al anunciar la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia, una medida que ha generado reacciones encontradas dentro de la sociedad española. Mientras que los defensores de los derechos de los animales han aplaudido esta decisión, los seguidores de los espectáculos taurinos se sienten irritados por la misma.

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, explicó que la decisión se fundamenta en la creciente preocupación de una mayoría de españoles por el bienestar animal. Consideran inapropiado premiar una actividad que involucra el maltrato animal con dinero público. El galardón, que otorgaba 30.000 euros al ganador, ha sido recibido en ocasiones por toreros de renombre como Julián López, «El Juli», y Enrique Ponce.

Aunque las corridas de toros siguen teniendo un público apasionado en España, han experimentado un declive en su popularidad, especialmente entre los jóvenes. Según datos del Ministerio de Cultura, solo el 1,9% de la población española asistió a una corrida de toros durante la temporada 2021-22.

La decisión del gobierno ha generado críticas por parte del Partido Popular, principal formación opositora, que considera que la tauromaquia es parte integral de la cultura, tradiciones e identidad del pueblo español. Prometen restablecer el premio si vuelven al poder.

En respuesta a la supresión del premio, varios gobiernos regionales, incluido uno dirigido por los socialistas, han anunciado la creación de sus propios premios taurinos.

Organizaciones como la Fundación del Toro de Lidia han expresado su descontento, argumentando que el gobierno tiene la obligación de promover todas las manifestaciones culturales, incluida la tauromaquia.

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