Ante la enorme demanda de testeos por el aumento exponencial de casos, se aprobó el miércoles la venta en el país de cuatro pruebas de autoevaluación.
BUENOS AIRES, 6 ene (Reuters) – Argentina rompió un nuevo récord de contagios de COVID-19 y se acerca a los 100.000 casos diarios mientras enfrenta una tercera ola de la pandemia impulsada por la variante ómicron.
El país registró el miércoles por la tarde un récord de contagios desde el inicio de la pandemia de 95.159 casos confirmados oficialmente, en plena temporada de vacaciones del verano austral, con los centros turísticos llenos de viajeros.
Sin embargo, el incremento exponencial de casos, alimentado por la rápida expansión de la variante ómicron, no se ha traducido en la cantidad de fallecidos, que el miércoles fue de 52 personas. Argentina posee una población de cerca de 45 millones de habitantes.
«No tenemos un impacto fuerte en las terapias intensivas y menos en las muertes (…) Los casos son leves o moderados y no están tensionando el sistema de salud», dijo la jefa de gabinete del Ministerio de Salud, Sonia Tarragona, a la radio local Urbana Play.
Para los especialistas, los números oficiales no reflejan los datos reales y afirman que ya se registraron más de 100.000 casos diarios, liderados por las provincias de Buenos Aires, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires.
«El dato de hoy está arriba de 90.000 casos detectados formalmente con un nivel de positividad cercano al 50% (…) Hoy por hoy en Argentina podríamos estar tranquilamente en 150.000 o 200.000 casos de nuevos infectados por día», dijo el miércoles a última hora a Reuters Televisión el bioquímico Jorge Geffner.
Desde fines del 2021 el gobierno nacional impuso el llamado «pase sanitario», al que se accede con un esquema de vacunación completo y permite a los ciudadanos ingresar a lugares con mayor riesgo epidemiológico, como discotecas o lugares cerrados.
Ante la enorme demanda de testeos por el aumento exponencial de casos, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el miércoles la venta en el país de cuatro pruebas de autoevaluación.
«Es un test de orientación que le permite a la población que se lo hace poder tener un resultado más rápido y tomar medidas en función de ese resultado, pero es orientativo», dijo Tarragona. «Hoy la demanda de test es una situación difícil y tenemos un cuello de botella, debemos dejar los test para quienes tienen síntomas», agregó.
Argentina aceleró su campaña de vacunación en los últimos meses, que había comenzado con la vacuna Sputnik V, luego sumó AstraZeneca y Sinopharm y, más tarde, CanSino, Pfizer y Moderna.
Tarragona dijo que no sabe «cuál va a ser el techo», pero Geffner estimó que el pico podría llegar a mediados de enero.
«Nadie tiene certeza. Estamos especulando con la posibilidad de que hacia mediados de enero comience a caer la curva, esperemos que sea el escenario porque, sumado a las vacunas, si tenemos 200.000 infectados por día sería lógico que una gran fracción de la población susceptible se agote en el correr de dos semanas», dijo el experto.
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