Medidas implementadas afectaron en 22 municipios del Alt Empordà incluyendo la prohibición del riego agrícola.
El cambio climático es una realidad innegable que afecta al planeta en su totalidad, y España no está exenta de sus consecuencias. Desde finales de 2022, este país ha estado enfrentando una sequía prolongada que ha generado gran preocupación entre los agricultores de diversas regiones.
Según los datos proporcionados por el servicio meteorológico nacional español (AEMET), en marzo de este año, el país recibió únicamente el 36% de la precipitación media mensual, convirtiéndose en el segundo marzo más seco de este siglo.
El pasado 3 de agosto, la región de Cataluña activó protocolos de emergencia en respuesta a la preocupante sequía. Las restricciones afectan a un total de 22 municipios del Alt Empordà que se abastecen del acuífero del Fluvià Muga, una de las principales fuentes de abastecimiento de agua de gran parte de la zona.
Estas medidas restrictivas incluyen la prohibición del riego agrícola, una reducción del 25% del consumo de agua para usuarios industriales y de uso recreativo. En relación con el consumo doméstico, se ha establecido un máximo de 200 litros por habitante al día.
Estos 22 municipios comprenden más de 25.000 habitantes.
El jueves pasado, la ciudad de Córdoba, ubicada en el sur de España, registró una temperatura récord de 38.8 °C. La combinación de sequía y calor extremo aviva los temores de que se repitan los devastadores eventos ocurridos el verano anterior, cuando el país sufrió olas de calor abrasador e incendios forestales que consumieron aproximadamente 306,000 hectáreas.
Ingenieros de la Universidad Estatal de Oregón están trabajando en un proyecto que permitirá transformar las aguas residuales en un producto que beneficie a los cultivos. Esta investigación dirigida por el profesor de Ingeniería Ambiental Xue Jin pretende brindar una solución innovadora y sostenible.
«La actividad agrícola consume el 70% del agua dulce disponible», explicó Xue Jin. «En todo el mundo, la demanda de producción de alimentos sigue creciendo a la par que la población. Como las sequías son cada vez más frecuentes y graves, existe una necesidad crítica de tecnologías de tratamiento eficaces que proporcionen agua regenerada segura para el riego agrícola», añadió.
El proceso que se utilizará es la filtración, que se dividirá en dos etapas, para tratar los vertidos líquidos turbios de los digestores anaeróbicos (proceso por el cual microorganismos descomponen material biodegradable en ausencia de oxígeno). En otras palabras, se trata de un tipo de biorreactor que utiliza plantas para el tratamiento del agua.
Queang Ngoc Tran, otro de los miembros que conforman esta investigación, expresó lo siguiente: «El resultado es básicamente agua pura, con un poco de sales disueltas que son los nutrientes de las plantas», dijo. «Esta innovadora tecnología podría contribuir a reducir la contaminación y proteger los recursos hídricos», añadió.
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