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El 11 de abril del 2019, una niña de 10 años se convirtió en la paciente más joven en Colombia en tener un corazón artificial, luego de vivir con un órgano artificial.

El arriesgado procedimiento consistió en agregar una turbina en el corazón enfermo de Mariana, para que así pudiera bombear la sangre. Dicha turbina estaba conectada a una consola de control que ella cargaba en una cartera. «Aquí cargo mi corazón» expresa la pequeña. Este dispositivo le cambió la vida.

«Ese aparato permitió que ella pudiera salir de cuidados intensivos. Normalizar su calidad de vida, volverla de nuevo un apersona autónoma, independiente, con posibilidad de ir a colegio», dijo Leonardo Salazar, de la Fundación Cardiovascular de Colombia.

A pesar de que todo estaba bien, al cumplir ciertos tiempos y condiciones, Mariana entró en la lista de espera para el trasplante de corazón.

«A la una de la mañana, timbró el teléfono. Nos dijo, mamá, hay un corazón«, cuenta Liliana Castillo, madre de Mariana. «Ella dijo, Mary, hay un corazón, nos tenemos que ir, tenemos que llegar en media hora al hospital», expresa Mariana.
Esta nueva oportunidad exigía una coordinación perfecta, porque desde que se desconecta el corazón del donante, hasta que le trasplantan el receptor, los cirujanos cuentan solo con 4 horas.
Otro desafío al que se enfrentaron los médicos, fue el tiempo extenso que requería retirar el corazón artificial de la menor. «Puede ocurrir que la cirugía se demore mucho y cuando se ponga el corazón trasplantado, ya no arranque«. Expresó Salazar.

Mariana entró al quirófano a las 6 de la mañana, para extraer el corazón enfermo y el artificial. Cinco horas después se empezó a trasplantar el órgano donado, y a las 7:30 de la noche, salió de cirugía.
«Yo de verdad valoro mucho a la mamá que me permitió, que mi hija esté aquí conmigo«. Mariana tuvo la prótesis durante 1265 días, hoy ya se encuentra con un corazón propio.