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LA HABANA, 1 dic (Reuters) – Autoridades cubanas de salud dijeron que investigadores en el país están diseñando una versión de sus vacunas de cosecha propia para prevenir COVID-19 y garantizar la protección contra la nueva variante ómicron.

La isla caribeña, cuya economía depende del turismo, redujo drásticamente los requisitos de entrada a mediados de noviembre, tras una exitosa campaña de inoculación con vacunas desarrolladas en el país.

Tanto las infecciones como las muertes por COVID-19 en Cuba se han reducido a un 2% o menos de sus máximos, según un recuento de Reuters.

El director del Instituto Finlay de Vacunas de Cuba, Vicente Vérez, manifestó el martes en la televisión estatal que estaba claro que la vacuna cubana Soberana continuaría brindando «un cierto nivel de protección» contra ómicron, aunque el alcance de esa protección aún es incierto.

«Decidimos a partir de la semana pasada empezar a elaborar una variante Soberana plus teniendo la proteína RBD de ómicron, ya la iniciamos, ya esa proteína se está construyendo en este momento, y aceleradamente nos vamos a preparar para esta situación», agregó.

Algunos fabricantes mundiales de vacunas, incluido BioNTech han expresado una cautelosa confianza en que sus vacunas ofrecerían una fuerte protección contra ómicron. Otros, como Moderna, han planteado la posibilidad de una caída material de la protección.

No está claro si ómicron es más transmisible que otras variantes o si causa una enfermedad más gravedad.

Cuba ha desarrollado un sector biotecnológico inusualmente grande para un país pequeño, una apuesta, en parte, por la soberanía dadas las fuertes sanciones de Estados Unidos. Y además, ha enviado sus vacunas a varios de sus aliados, incluidos Venezuela, Nicaragua e Irán.

Cuba aún no ha detectado la variante ómicron en el país, pero a principios de esta semana anunció que endurecería las restricciones a partir del 4 de diciembre para los pasajeros de ciertas naciones de África debido a la nueva variante.