Desde la cancillería indicaron que el cónsul general en Washington D.C. se ha desplazado hasta Woodbridge con la finalidad de dar adecuado seguimiento a las investigaciones.
El último lunes, cuatro peruanos que residían en los Estados Unidos fueron asesinados por David Nathaniel Maine, un joven de 24 años quien arrendaba una habitación en la vivienda de una de las víctimas. El lamentable hecho ocurrió en la localidad de Woodbridge, en Virginia.
Las personas fallecidas fueron identificadas como Miguel Durán Flores (44), Kelly Victoria Sotelo (42), su hija Karrie Ayline Sotelo (19), así como Richard Julio Jesús Revollar Corrales (36), este último era un inquilino que vivía en el basement del domicilio.
Ante este panorama, familiares de Miguel Durán Flores pidieron ayuda a las autoridades nacionales para repatriar sus restos. Indicaron que necesitan una visa humanitaria para poder viajar hasta los Estados Unidos.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores lamentó lo sucedido con nuestros compatriotas e indicó que el cónsul general en Washington D.C. se ha desplazado hasta la localidad de Woodbridge con la finalidad de dar adecuado seguimiento a las investigaciones.
“Estamos en permanente comunicación con los deudos de los connacionales fallecidos Miguel Durán Flores y Kelly Victoria Sotelo, a quienes se les viene brindando toda la asistencia y apoyo consular correspondiente para poder concretar la repatriación de sus restos”, señaló la cancillería.
De acuerdo con la información de la Policía del condado de Prince William, David Nathaniel Maine, después del atroz ataque, abandonó la vivienda de sus víctimas. Sin embargo, previamente, llamó al 911 para denunciar que alguien había realizado disparos en la residencia.
Los agentes acudieron raudamente ante este llamado, encontrándolo a corta distancia de la casa. En su habitación se habría hallado armamentos.
Asimismo, Tábatha Durand, hermana de Miguel Durán Flores, señaló ante las cámaras de Latina Noticias que sospecha que este crimen tendría un trasfondo de venganza, dado que el atacante era la expareja del hijo de Kelly Victoria Sotelo, una de las peruanas asesinadas.
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