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La actividad económica nacional se contrajo un 0.4% en el primer trimestre de 2023, principalmente debido a la disminución de la inversión privada y el consumo. Este resultado se enmarca en un contexto de conflictos sociales y la ausencia de grandes proyectos mineros. Los sectores de manufactura, construcción y servicios se vieron afectados, y se observó una acumulación de inventarios en empresas mineras y manufactureras.

A pesar de esta contracción, se espera una recuperación gradual de la economía en los próximos años. La información recopilada hasta mayo refleja el impacto negativo del Fenómeno El Niño Costero y el retraso en la temporada de pesca de anchoveta, lo cual anticipa un menor crecimiento en los sectores agropecuario y pesca. Además, el gasto privado ha mostrado un desempeño inferior al previsto en el Reporte de marzo, lo que junto con una recuperación más lenta de la confianza empresarial, se traducirá en un menor crecimiento anual del PBI no primario. Por lo tanto, se ha revisado a la baja la proyección de crecimiento para 2023, pasando de 2.6% a 2.2%.

A nivel mundial, la economía ha experimentado un crecimiento mayor al esperado en los primeros meses del año, impulsado principalmente por el sector servicios y la recuperación de China. Factores como el aumento del consumo privado, la flexibilización de restricciones en economías desarrolladas y las condiciones favorables en las cadenas de suministro han contribuido a este crecimiento. Como resultado, se ha revisado al alza la estimación de crecimiento mundial para 2023, pasando de 2.4% a 2.5%.

IMPACTO ECONÓMICO

Sin embargo, a pesar de este crecimiento, se pronostica una desaceleración en la economía mundial para 2024. Se espera una disminución del ritmo de crecimiento a finales del cuarto trimestre de 2023, extendiéndose durante los primeros trimestres del año siguiente. Esta proyección se basa en factores como la demanda global y una política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales.

En cuanto a los términos de intercambio, estos han experimentado una caída interanual del 4.9% en el primer trimestre de 2023, aunque se mantienen por encima de los niveles previos a la pandemia. Esta disminución se debe al deterioro de las perspectivas de demanda global y las preocupaciones sobre el dinamismo en China, así como a una política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales.

A pesar de la caída, se espera una recuperación gradual de los términos de intercambio, con un aumento del 3.7% en 2023 y del 2.5% en 2024. Sin embargo, se pronostican precios más bajos para metales industriales y petróleo debido a las perspectivas de menor demanda y mayores niveles de producción.

En cuanto al déficit de la cuenta corriente, este se redujo del 4.0% al cierre de 2022 al 2.9% en el primer trimestre de 2023. Sin embargo, se espera una disminución gradual del déficit en los próximos años, alcanzando un nivel de 1.9% del PBI en 2023 y 1.3% en 2024. Esto se debe a una disminución en la producción primaria y a un nivel de utilidades de inversión extranjera directa más alto de lo previsto inicialmente.

A nivel nacional, el crédito al sector privado ha experimentado una expansión moderada, con un crecimiento del 2.7% en términos anuales en abril de 2023. Este crecimiento se ha sustentado en el avance del crédito a personas, especialmente en el ámbito del consumo. Se proyecta que la tasa de crecimiento del crédito al sector privado se sitúe en 4.0% y 5.0% en 2023 y 2024, respectivamente.