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LIMA, 18 mar (Reuters) -El presidente del Banco Central de Perú, Julio Velarde, estimó el viernes que la inflación cerraría este año en un 3,6% y el próximo en un 2,1%, cuando se sienten presiones sobre el costo de vida debido al alza de los precios de bienes importados y el impacto de la depreciación de la moneda local frente al dólar.

Las proyecciones están por encima de las estimación que ofreció el banco central en diciembre, cuando calculó una inflación de un 2,9% para este año y de un 2,1% para el 2023.

La inflación en los últimos 12 meses a febrero se ubicó en 6,15%, según datos oficiales.

Velarde dijo que los precios de las materias primas del exterior que consume Perú como el petróleo, gas, trigo, maíz y aceite de soya, entre otros, han subido fuertemente comparado con sus cotizaciones antes de la pandemia del coronavirus.

«En este escenario es muy difícil poder mantener la inflación dentro del rango, pues estos son precios fundamentales para el país», afirmó Velarde en una conferencia telefónica.

El Banco Central tiene como rango de meta anual de inflación entre 1 y 3%. Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre, registró en 2021 una inflación del 6,43%, la tasa mas alta en 13 años.

Velarde dijo, sin embargo, que la inflación subyacente en Perú, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad como los alimentos y energía, es «bastante más baja» frente a otros países de Latinoamérica que también reportan alta inflación.

La inflación subyacente de Perú es de un 3,3%, precisó.

El funcionario manifestó que si preocupa, como ocurre en otros países de la región, es que el aumento del costo vida en la mayoría de grupos de consumo este por encima del 3%.

«Es la preocupación que tenemos (…) que este choque de oferta en los precios de granos y energía se traslade lo menos posible a productos no vinculados directamente con estos rubros», afirmó.

A inicios de marzo, el banco aumentó su tasa de interés a un 4% desde un 3,5% y postergó hasta la primera mitad del 2023 la expectativa de un retorno de la inflación dentro del rango. Antes se esperaba para el último trimestre de este año.

Respecto a la evolución de la economía, Velarde dijo que el banco central mantiene su proyección de crecimiento para este año en un 3,4% y para el próximo año en un 3,2%.

«La economía continuaría recuperándose, con la normalización de los hábitos de gasto y el levantamiento de las restricciones sanitarias, impulsando la actividad no primaria», refirió.

En tanto, manifestó que el déficit fiscal presentaría una tendencia decreciente para ubicarse en 2,2% del Producto Interior Bruto el 2023, desde el 2,5% de déficit esperado para este año, por un aumento de los ingresos y la reducción de gastos transitorios vinculados a enfrentar el COVID-19.