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Una  taza de  té servida  de  una jarra  presuntamente contaminada con restos de mate de coca le costó a Paolo Guerrero estar 14 meses alejado de las canchas. Una situación que podría haberse evitado si es que mozos y operarios de cocina del Swissotel hubieran seguido «el análisis de peligros y puntos críticos de control» conocido como HACCP, una norma internacional que deben cumplir los grandes hoteles y cadenas de restaurantes.

 

“La contaminación cruzada  es cuando pones un alimento crudo, donde no puedes colocar uno así, con los utensilios pasa lo mismo, si yo puse un café aquí la limpieza pasa solo con agua, pero la limpieza debe ser completa y debe  estar desinfectado. En los grandes hoteles pasan por una cámara de vapor siempre”, explicó Cristian Huerta, chef y docente del instituto Columbia.

 

Estos estándares de limpieza se deben cumplir al detalle, una mala higiene podría incluso contagiarnos de enfermedades. Por eso es que las grandes cadenas de hoteles utilizan máquinas de limpieza de lavado, que cumplen las siguientes funciones.

 
“El que lava, se limpia las manos y después pasa por una limpieza previa con un chorro fuerte de agua, pasa por una cámara de vapor, el calor es tan fuerte que esteriliza y mata todos los microorganismo y olores, sabores, previos, luego se destapa de nuevo y se deja secar al aire”, detalló Cristian Huerta, docente y chef.

 

Como han contado los extrabajadores del Swisshotel, uno de los mozos bajó del segundo piso de la sala de reuniones a la cocina del lobby del bar a preparar la bebida, ante la premura por llevar pronto la bebida al capitán cogió una jarra del carrito de carga de la vajilla sucia, con restos de mate de coca, la enjuagó solo con agua y sirvió el té con limón para Paolo Guerrero, un acto negligente que ocasionó la contaminación cruzada y el resultado analítico adverso de la prueba de antidopin del capitán.

 

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«Quienes tengan que responder tendrán que hacerlo para reparar los daños causados», señaló el abogado Julio García.