Ladrón lloró al ser detenido por agentes del Grupo Terna y el serenazgo de El Agustino. Se supo, tras su captura, que había purgado ya una condena en prisión por robo agravado.
En un operativo conjunto, personal motorizado del serenazgo y agentes del grupo Terna lograron capturar a Miki Juliño Macazana Flores, alias «Cóndor», de 29 años, mientras robaba lápidas en el Cementerio El Ángel, ubicado en El Agustino. El hecho ocurrió tras una llamada de alerta a la central de serenazgo.
El sujeto, quien ya había sido reducido por el personal de seguridad del cementerio, fue sorprendido en plena acción delictiva. Según Eli Fortunato Pérez Estrada, presidente interino de la Cooperativa Coopsephasil del Cementerio El Ángel, cada lápida tiene un valor de 2000 soles.
Macazana Flores, entre lágrimas, afirmaba que era la primera vez que cometía un robo. Sin embargo, la policía confirmó que el detenido ya había cumplido condena en un penal por robo agravado. Tras su captura, el “Cóndor” y los agraviados fueron trasladados a la comisaría de Santoyo para las diligencias correspondientes.
El caso del “Cóndor” no es un hecho aislado. En los últimos meses, se ha registrado un incremento en los robos y actos vandálicos en varios cementerios de Lima. La falta de seguridad y vigilancia adecuada en estos lugares ha facilitado la actividad delictiva, afectando no solo la tranquilidad de las familias que visitan a sus seres queridos, sino también el patrimonio cultural e histórico de estos sitios.
La administración del Cementerio El Ángel ha anunciado la implementación de nuevas medidas de seguridad para prevenir futuros incidentes. Entre estas medidas se incluye el aumento del personal de vigilancia, la instalación de cámaras de seguridad y la colaboración estrecha con la policía local. Estas acciones buscan garantizar la seguridad de los visitantes y proteger las lápidas y monumentos del cementerio.
El robo de lápidas no solo representa una pérdida económica, sino también un daño emocional para las familias afectadas. Cada lápida tiene un significado especial, representando la memoria y el legado de los seres queridos. La comunidad de El Agustino ha expresado su preocupación y ha solicitado a las autoridades locales una respuesta más efectiva para combatir este tipo de delitos.
El caso de Miki Juliño Macazana Flores pone de manifiesto el problema de la reincidencia delictiva. A pesar de haber cumplido una condena previa por robo agravado, el «Cóndor» volvió a delinquir, lo que subraya la necesidad de programas de rehabilitación más efectivos y un seguimiento más riguroso de los exreclusos. Las autoridades están evaluando medidas adicionales para prevenir la reincidencia y mejorar la reintegración social de los exconvictos.
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