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Papa Francisco retornó a Lima tras dejar la palabra de Dios en Puerto Maldonado y fue recibido en Palacio de Gobierno por la pareja presidencial, Pedro Pablo Kuczynski y Nancy Lange. Tras un breve discurso de PPK, Su Santidad tomó la palabra y se dirigió a las autoridades guberntamentables, compuestas por ministros, congresistas y representantes de la sociedad civil. Así como las cientas de personas que lo escuchaban en la Plaza de Armas.

Francisco fue muy crítico y dejó en claro el daño que está sufriendo la selva peruana tras la explotación de la minería ilegal, la tala de árboles indiscriminada. 

«(…) esto se manifiesta en la manera en que estamos despojando a la Tierra de recursos naturales. La pérdida de selvas y bosques no solo significan la pérdida de especies, sino que significan en el futuro la périda de recursos importantes que alteran todo el ecosistema».

«(…) la degradación del medioambiente no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades. A modo de ejemplo la minería informal se ha vuelto un peligro que destruye la vida de personas. Este proceso de degradación somete a la trata de personas, una nueva forma de esclavitud, la delincuencia y otros males que afectan a su dignidad y a su vez la dignidad de esta nación». 

El Santo Padre no fue ajeno a la situación política que atraviesa nuestro país y en especial todo latinoamérica la hablar sobre al flagelo que implica la corrupción.

«(…) La corrupción. Cuanto mal le hace a nuestro pueblo latinoamericano de este bendito continente. Ese virus social que infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados. Lo que se haga para luchar contra este flagelo social implica el mayor de nuestro compromiso. La corrupción es evitable y exige el compromiso de todos».

«(…) Perú es tierra de esperanza que invita y desafía a la unidad de todo su pueblo. Este pueblo tiene la responsabilidad de mantenerse unido, precisamente para defender entre otras cosas estos motivos de esperanza».

Por último manifestó que quiere «renovar el compromiso de la Iglesia Católica en este empeño mancomunado para que Perú siga siendo una tierra de esperanza. Que Santa Rosa interceda ante todos ustedes y ante esta bendita nación».

 

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