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Abimael Guzmán es el genocida más sanguinario de la historia del Perú y líder terrorista de Sendero Luminoso. Como tal, fue autor de decenas de miles de asesinatos, así como de una ola de destrucción en todo el país.

Este personaje nefasto falleció este sábado en el centro penitenciario de la Base Naval a los 86 años, 29 de los cuales los pasó encarcelado por los innumerables crímenes que cometió. Nunca pidió perdón.

Abimael Guzmán, llamado por sus adeptos ‘presidente Gonzalo’, atacó al Estado peruano durante las décadas de 1980 y 1990 a través de asesinatos selectivos, matanzas de poblaciones altoandinas, torturas, violaciones y diversas modalidades de atentados terroristas, entre los que se encuentran los coches bombas y la voladura de torres de alta tensión.

Uno de estos coches bomba explotó en la segunda cuadra de la Calle Tarata, en Miraflores, causando la muerte de 25 personas. Esto ocurrió el 16 de julio de 1992. Un mes antes un ataque senderista similar se produjo en la puerta principal de canal 2 (hoy Latina), dejando tres fallecidos.

El 17 de mayo de 1980, Sendero Luminoso perpetró su primer atentado en el pueblo ayacuchano de Chuschi. Los senderistas robaron y quemaron las cédulas de sufragio de las elecciones generales desarrolladas ese año. Fue el preludio de una ola de ataques a las comunidades campesinas de Ayacucho. Luego, su insanía se extendió por todo el país.

Abimael Guzmán fue capturado el 12 de septiembre de 1992. La acción estuvo a cargo de personal del Grupo Especial de Inteligencia (Gein) de la Policía Nacional del Perú. Él fue apresado junto a su esposa, la también terrorista Elena Iparraguirre. Después llegó la condena de cadena perpetua, la cual cumplió hasta este sábado que murió.