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Remigio Cabrejos Carmona no imaginó nunca que una llamada suya bastaría para sentenciarlo. Su voz temblorosa y su nombre quedarían registrados en un audio. Él, un reputado médico de ESSALUD, cavaría así su propia tumba o al menos eso pensaríamos. Una fiscal desmerece las pruebas que son evidentes.

 

María Marlene Custodio Villegas se encargó de un archivamiento hoy bajo sospecha. Beto Villar de Punto Final conversó con ella y ella argumentó que como no se habla del abuso sexual literalmente en las llamadas, no hay indicios para el caso.

 

La fiscal Custodio tuvo en sus manos un disco con las dos llamadas que realizó Cabrejos Carmona. El galeno aceptó en su declaración haber llamado dos veces a Celeste. Para corroborar las pruebas, el 29 de noviembre del año pasado la fiscal programó la escucha de las llamadas. Era la tercera vez que se programaba la audiencia. A las dos anteriores el médico no asistió. La tercera fue la vencida.

 

“¿Se debe hacer una pericia para confirmar que es su voz? Efectivamente. ¿Se hizo esa pericia? No. Si alguien me pide disculpas en una llamada y esa persona dice no es mi voz, no cabría una pericia porque nadie dice por qué están hablando. Si el denunciado hubiera pedido disculpas y ella hubiera dicho porque me tocó, ahí cabría. Le está pidiendo disculpas por su mal proceder. Efectivamente, no se sabe”, dijo a Punto Final Custodio.

 

Hay colmos y colmos. El médico Cabrejos Carmona dijo en su defensa tres cosas: que no pudo tocar a Celeste porque ella tenía una infección vaginal. Además, se defendió también diciendo que la joven tenía problemas mentales y por último que por su edad ya no sentía deseo sexual. La fiscal le creyó.

 

La fiscal María Custodio archivó el caso a fines de diciembre de 2018 y a fines de enero de 2019 una fiscalía superior respaldó su decisión sin mayor trámite. Sin oír a Celeste. Sin escuchar los audios. Así funciona la justicia. Por su parte, el médico nunca contestó nuestras llamadas.