Un juez de Estados Unidos despejó el martes el camino para que el expresidente peruano Alejandro Toledo sea extraditado al Perú por cargos de corrupción, señalando que las pruebas de criminalidad presentadas en su caso eran «suficientes».
Las autoridades peruanas alegan que Alejandro Toledo, mientras se desempeñaba como Presidente entre 2001 y 2006, negoció sobornos con el conglomerado brasileño Odebrecht.
La última palabra sobre si será extraditado ahora recae en el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. Como se recuerda, Perú intenta extraditar a Toledo Manrique desde el 2018.
Alejandro Toledo ha negado las acusaciones de corrupción en su contra. Él vive en California, cerca del campus de la Universidad de Stanford, donde estudió y luego trabajó. Actualmente se encuentra bajo arresto domiciliario, aunque también pasó varios meses en la cárcel durante las primeras etapas del caso de extradición.
Él es uno de los cinco ex presidentes peruanos que las autoridades alegan se han involucrado en actos de corrupción en las últimas décadas.
La Fiscalía peruana sostiene que Toledo y otras dos personas tuvieron enredos ilegales con Odebrecht. La compañía ha admitido que su vasto imperio de la construcción en América Latina también repartió sobornos en muchas naciones.
La clave de la decisión del magistrado estadounidense Thomas Hixson en San Francisco fueron los testimonios de Jorge Barata, exdirectivo de Odebrecht.
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