Una investigación de Punto Final por diversas comisarías reveló que no se están usando los equipos audiovisuales adquiridos por más de 4 millones de soles.
En 2021, el Estado peruano invirtió casi 4 millones de soles en la compra de bodycams, cámaras corporales diseñadas para registrar todas las intervenciones policiales y garantizar transparencia. Sin embargo, en un recorrido por diversas comisarías, Latina Noticias constató que muchas de estas cámaras no se están utilizando.
“Desde ayer las estamos usando, pero las entregaron hace mucho. Es por orden de arriba”, confesó un agente, revelando que aunque las cámaras fueron distribuidas hace meses, recién se han comenzado a utilizar por directiva reciente.
El Ministerio Público ha abierto una investigación por colusión agravada contra dos funcionarios del Ministerio del Interior y el dueño de Soluzioni Grupo, la empresa proveedora, debido a irregularidades en la compra. La fiscalía encontró que varias cámaras no se habían usado, pese a que la empresa reportó su funcionamiento como «óptimo». El dueño de la compañía se defendió afirmando: “Yo verifico que las cámaras estén operativas, pero si las usan o no, no es mi problema.”
En paralelo, los agentes siguen utilizando sus celulares personales para registrar intervenciones. En un operativo reciente, un policía grabó con su móvil mientras otro neutralizaba a un agresor armado con cuchillo disparándole en la pierna. El video de este incidente se viralizó, recibiendo elogios de los ciudadanos. Sin embargo, queda la interrogante: ¿Por qué no se usan las bodycams para este tipo de situaciones?
Algunos policías admiten que todavía hay resistencia a usar las cámaras corporales, señalando incomodidades en su implementación. “¿Y si se te escapa algo inapropiado? Es un cambio al que hay que adaptarse”, comentó un oficial. La empresa proveedora asegura que entregó no solo las cámaras, sino también arneses para llevarlas, y que brindó capacitaciones cuyo cumplimiento fue confirmado por documentos firmados por la Policía. Sin embargo, muchas comisarías afirman no haber recibido el entrenamiento necesario o no contar con sistemas de descarga para las grabaciones.
Mientras en otros países como Estados Unidos y algunas municipalidades en Perú, como Miraflores, estas cámaras se han convertido en un estándar de seguridad, la Policía Nacional del Perú parece resistirse a su uso. Las bodycams podrían ser una herramienta crucial para evitar abusos y garantizar transparencia tanto para los ciudadanos como para los agentes, pero la falta de voluntad y la mala gestión las han convertido en un gasto millonario sin impacto claro.
Te puede interesar:
También te puede interesar