Alimentos a evitar para prevenir el cáncer y los que te pueden ayudar
Alimentos que previenen o causan cáncer consejos y ejemplos para que te nutras mejor y cuides tu salud. (Pixabay)
El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, y se estima que uno de cada tres casos se puede prevenir con una alimentación saludable. Sin embargo, muchos alimentos que consumimos a diario pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad, ya sea por sus componentes químicos, su forma de procesamiento o su forma de cocción.
A continuación, te presentamos una lista de los alimentos que los expertos en cáncer quieren que dejes de comer, y algunos consejos para sustituirlos por opciones más saludables.
Carnes procesadas: Se trata de carnes que han sido sometidas a procesos como el ahumado, el salado, el curado o la adición de conservantes. Algunos ejemplos son el jamón, el salchichón, el chorizo, las salchichas, el bacon y las hamburguesas. Estos alimentos contienen nitritos y nitratos, que pueden formar compuestos cancerígenos en el organismo. Además, suelen tener un alto contenido de sal, grasa y calorías, que favorecen la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de 50 gramos diarios de carnes procesadas aumenta en un 18% el riesgo de cáncer colorrectal. Lo ideal es evitar o limitar al máximo su consumo, y optar por carnes frescas o magras, como el pollo, el pavo o el pescado.
Carnes rojas: Se refiere a las carnes de vacuno, cerdo, cordero y cabra. Estas carnes tienen un alto valor nutricional, pero también contienen hierro hemo, que puede dañar el ADN de las células y favorecer la aparición de tumores. Además, al cocinarlas a altas temperaturas o en contacto directo con el fuego (como en la parrilla o el asado), se pueden generar sustancias químicas llamadas aminas heterocíclicas (AHC) y hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), que son potencialmente cancerígenos. La OMS clasifica a las carnes rojas como “probablemente cancerígenas para los humanos”, y recomienda no consumir más de 500 gramos por semana. Lo mejor es elegir cortes magros, retirar la grasa visible y cocinarlas a temperaturas moderadas y con métodos que no generen humo, como el horno, el microondas o el vapor.
Bebidas azucaradas: Son aquellas que contienen azúcar añadido, como los refrescos, los jugos industriales, las bebidas energéticas y los batidos. Estas bebidas aportan muchas calorías vacías, es decir, sin nutrientes esenciales, y pueden provocar un aumento de los niveles de glucosa e insulina en la sangre. Esto puede estimular la proliferación celular y la inflamación crónica, dos factores que favorecen el desarrollo del cáncer. Además, el consumo excesivo de bebidas azucaradas se asocia con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Lo más saludable es reemplazarlas por agua natural o infusiones sin azúcar, o por jugos naturales sin endulzar y con pulpa.
Alimentos fritos o quemados: Los alimentos que se fríen a altas temperaturas o se queman al cocinarlos pueden contener acrilamida, una sustancia química que se forma cuando los alimentos ricos en almidón (como las papas fritas o los panes tostados) se someten a un proceso de dorado o cocción intensa. La acrilamida es considerada como “probablemente cancerígena para los humanos” por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), ya que ha demostrado causar cáncer en animales de laboratorio. Para reducir la formación de acrilamida, se recomienda evitar freír los alimentos o cocinarlos hasta que estén muy dorados o quemados, y optar por métodos como el hervido, el vapor o el microondas.
Alcohol: El consumo de alcohol está relacionado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, como el de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon, recto y mama. El alcohol puede dañar el ADN de las células, alterar el metabolismo hormonal y aumentar la producción de radicales libres, que son moléculas que causan estrés oxidativo y daño celular. Según la OMS, no existe un nivel seguro de consumo de alcohol para prevenir el cáncer, por lo que lo más prudente es evitarlo o consumirlo con moderación. Se considera un consumo moderado a no más de una bebida al día para las mujeres y dos para los hombres.
Estos son algunos de los alimentos que los expertos en cáncer quieren que dejes de comer, o al menos que reduzcas su consumo. Recuerda que una alimentación saludable es una de las mejores formas de prevenir el cáncer y otras enfermedades crónicas. Además, no olvides complementar tu dieta con otros hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente, no fumar, protegerte del sol y realizarte chequeos médicos periódicos.
ALIMENTOS QUE AYUDAN A PREVENIR EL CÁNCER
Además de los alimentos que se deben evitar o reducir, existen otros alimentos que pueden ayudar a prevenir el cáncer por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias o moduladoras del sistema inmunitario. Algunos de estos alimentos son:
Los frutos rojos, como las fresas, los arándanos, las frambuesas y las moras. Estos frutos contienen antocianinas, unos pigmentos que les dan su color y que tienen efectos anticancerígenos. Según un estudio, el consumo de frutos rojos se asoció con una menor incidencia de cáncer de esófago.
El té verde, una bebida rica en catequinas, unos compuestos que pueden inhibir el crecimiento de las células cancerosas y la formación de nuevos vasos sanguíneos que las alimentan. Varios estudios han encontrado que el consumo de té verde puede reducir el riesgo de cáncer de mama, próstata, colon y estómago.
El brócoli y otros vegetales crucíferos, como la coliflor, el repollo, la col rizada y las coles de Bruselas. Estos vegetales contienen glucosinolatos, unos compuestos que se convierten en isotiocianatos al masticarlos o cortarlos. Los isotiocianatos pueden inducir la muerte de las células cancerosas y prevenir la metástasis. Un metaanálisis mostró que el consumo de vegetales crucíferos se relacionó con un menor riesgo de cáncer de pulmón.
El tomate, una fruta que contiene licopeno, un carotenoide que le da su color rojo y que tiene propiedades antioxidantes y protectoras del ADN. El licopeno puede prevenir el daño celular causado por los radicales libres y reducir la inflamación. Un estudio encontró que el consumo de tomate se asoció con una menor incidencia de cáncer de próstata.
La cúrcuma, una especia que contiene curcumina, un polifenol que tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores. La curcumina puede interferir con varias vías moleculares involucradas en el desarrollo del cáncer, como la angiogénesis, la proliferación celular y la apoptosis. Un ensayo clínico mostró que la administración de curcumina redujo el número y el tamaño de los pólipos adenomatosos en pacientes con poliposis adenomatosa familiar.
Estos son solo algunos ejemplos de alimentos que pueden ayudar a prevenir el cáncer. Sin embargo, es importante recordar que ningún alimento por sí solo puede garantizar una protección completa contra esta enfermedad. Lo más recomendable es seguir una dieta variada y equilibrada, que incluya alimentos de todos los grupos nutricionales y que sea rica en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. Asimismo, se debe evitar el consumo excesivo de sal, azúcar y grasas saturadas o trans.