Esta condición, de naturaleza asintomática, suele afectar a un número creciente de personas a medida que envejecen.
La osteoporosis es una enfermedad que puede resultar en un comprometimiento de la movilidad y que puede poner en riesgo la vida de quien la padece. Por ello, se considera como una amenaza «silenciosa» que afecta a muchas personas en todo el mundo.
Esta condición es especialmente preocupante a raíz de su naturaleza asintomática y su tendencia a afectar a un número creciente de personas con el aumento de la longevidad. Las mujeres son particularmente susceptibles a la osteoporosis, con una estimación de 200 millones de mujeres afectadas en todo el mundo.
La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una baja masa ósea y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo. Este problema resulta en una mayor debilidad y un aumento del riesgo de fracturas.
De acuerdo a la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF), la osteoporosis ocasiona más de 8,9 millones de fracturas osteoporóticas anualmente, lo que resulta en una fractura cada tres segundos. Con el envejecimiento de la población, se espera que el número de casos de la enfermedad y los costos asociados con su tratamiento aumenten sustancialmente.
El diagnóstico y el tratamiento de la osteoporosis son esenciales para prevenir las complicaciones asociadas con la enfermedad. Uno adecuado puede ayudar a prevenir la pérdida adicional de masa ósea y reducir el riesgo de fracturas.
Por ello, también es necesaria la reposición de calcio y vitamina D, asociados a agentes que interrumpen la resorción ósea. Entre los medicamentos más usados están los bifosfonatos, como el alendronato, risedronato y ácido zoledrónico.
Las alternativas incluyen denosumab, raloxifeno y reemplazo hormonal, además de agentes que promuevan el aumento de la masa ósea, como la teriparatida en casos más graves, especialmente en pacientes con antecedentes de fracturas, explica.
Cabe precisar que, debido a la naturaleza silenciosa de la osteoporosis, el seguimiento regular con un reumatólogo es crucial, sobre todo para las mujeres posmenopáusicas o aquellas con factores de riesgo.
La prevención de la osteoporosis también es crucial. Esto puede incluir medidas como mantener una dieta saludable rica en calcio y vitamina D, realizar ejercicio regularmente, evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
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