Conoce lo que señalan los expertos en relación con esta práctica común.
El tiempo que una persona pasa a mayor altitud es relevante. Los pasajeros de un avión podrían tener un menor riesgo en relación con los pilotos y los miembros de la tripulación de vuelo.
De acuerdo a la doctora Elizabeth Jones, profesora asistente de dermatología en el Hospital Universitario Thomas Jefferson en Filadelfia, el riesgo es mayor para las personas que se encuentran en la cabina, pues se exponen a la luz ultravioleta.
La especialista, además, señala que las ventanas de los aviones bloquean de forma eficaz la mayoría de los rayos UVB, en referencia a los que pueden ocasionar quemaduras solares y cáncer de piel.
Es decir, que si te sentaste en el asiento junto a la ventana, probablemente no terminarás quemado por el sol luego de un vuelo. Sin embargo, podrían ocurrir otros efectos.
No solo debemos estar pendientes de las ventanas de los aviones, sino también de las de una casa, un local o un auto.
«La mayoría de las ventanas típicas de una casa o un automóvil filtran como el 97%, el 98% de la radiación UVB, que es típicamente la longitud de onda que la gente considera que causa quemaduras solares», comentó la doctora Jennifer Holman, dermatóloga de US Dermatology Partners Tyler en Texas.
Según Jones, las ventanas de los aviones no nos protegen del todo de este tipo de radiación ultravioleta, los cuales pueden ocasionar:
El uso del bloqueador a diario es relevante. Además, las personas con antecedentes de cáncer de piel en su familia podrían optar por una protección adicional a través del uso de un protector solar.
Los bloqueadores con «amplio espectro» protegen contra los rayos UVA y UVB. Por ello, deberíamos adquirir un producto con esa etiqueta como recomendación de Holman.
Te puede interesar:
También te puede interesar