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La obesidad, un problema de salud creciente en nuestra sociedad, no solo afecta el bienestar físico, sino también la salud mental. Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la University College Cork (UCC), en Irlanda, han arrojado luces sobre esta conexión, destacando que las personas obesas, especialmente las mujeres, enfrentan un mayor riesgo de problemas mentales, como la depresión.

En su artículo publicado en el sitio de acceso abierto PLOS ONE, los investigadores Caoimhe Lonergan, Sean Millar y Zubair Kabi describen cómo analizaron datos de salud de más de 1,800 voluntarios adultos, pertenecientes al condado de Cork, Irlanda, comparando puntuaciones de índice de masa corporal (IMC) y de salud mental.

Como parte del estudio, cada uno de los 1.821 voluntarios (de 46 a 73 años) dio permiso y acceso a sus registros médicos. También ayunaron durante la noche antes de proporcionar muestras de sangre, que fueron analizadas para determinar sus niveles de hemoglobina glucosilada y glucosa. Asimismo, se registró su peso, altura y circunferencia de la cintura, datos utilizados para calcular el IMC. Cada voluntario también llenó formularios que describían su estilo de vida, datos demográficos y otros factores de salud o enfermedad.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA OBESIDAD Y LA SALUD MENTAL

Al analizar los datos y tener en cuenta los factores del estilo de vida, los investigadores encontraron lo que describen como una asociación entre la obesidad y los sentimientos de bajo bienestar, así como la depresión. Anotaron que tales relaciones eran más comunes entre las mujeres del estudio que entre los hombres. También señalaron que sus hallazgos eran consistentes con los encontrados en otros esfuerzos de investigación similares.

El equipo de investigación sugiere que una peor salud mental en las personas mayores con obesidad probablemente esté relacionada con factores sociales y físicos. Entre los factores sociales señala que existe estigma social, prejuicios y, a veces, discriminación asociados con las personas que padecen obesidad. Y entre los factores físicos, enfatizaron que hay muchos problemas de salud asociados con la obesidad, desde dolor en las articulaciones y la espalda hasta enfermedades cardiovasculares y fibromialgia.

En síntesis, los investigadores sugieren que la combinación de las frustraciones que enfrentan las personas obesas probablemente contribuya a que tengan una mala salud mental. De esta forma concluyen que es muy importante que las intervenciones específicas de los profesionales de la salud para reducir la depresión incluyan asistencia para el control del peso.

Al respecto, el Dr. Seán Millar precisó: «Aunque nuestra investigación sugiere que la relación entre la adiposidad y los síntomas depresivos es independiente de posibles factores de confusión como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la actividad física de bajo nivel y las enfermedades crónicas, se recomienda realizar estudios futuros en poblaciones diversas. Se requiere más investigación para identificar los mecanismos que vinculan el sobrepeso y la obesidad con la depresión«.

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