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La noche del Dolby Theatre se vio envuelta en una mezcla de sorpresa y hilaridad cuando John Cena, el famoso luchador convertido en estrella de Hollywood, hizo su entrada en la tarima. Con pasos cautelosos y una expresión tímida, Cena avanzó hacia el micrófono, pero lo que realmente captó la atención de todos fue su atuendo… o más bien su falta de él. Cena se encontraba completamente desnudo, con tan solo un sobre estratégicamente colocado para cubrir su modestia.

El público, desconcertado al principio, no tardó en estallar en risas ante la inusual presentación de Cena. ¿Qué llevaba a un hombre como él, conocido por su fuerza y valentía en el cuadrilátero, a presentarse en el escenario del Oscar sin una pizca de ropa? La respuesta pronto se reveló cuando Cena comenzó a reflexionar en voz alta sobre la paradoja de su situación: ¿cómo podía anunciar al ganador del premio al Mejor Vestuario mientras él mismo estaba desnudo?

La ironía no pasó desapercibida para la audiencia, que disfrutó del ingenio y la audacia de Cena. Pero este momento extravagante también tenía un trasfondo histórico. Cena estaba rindiendo homenaje a un evento legendario en la historia de los Oscar: el incidente de 1974 protagonizado por David Niven y un intruso desnudo.

Hace medio siglo, durante la gala de los Oscar, David Niven invitó a Elizabeth Taylor al escenario para revelar el nombre de la película ganadora. Sin embargo, su presentación fue interrumpida por un espontáneo individuo que irrumpió en escena desnudo, haciendo gestos cómicos detrás de Niven. La audiencia quedó perpleja ante esta inesperada interrupción, sin saber si reír o llorar.

Cena, consciente de esta anécdota histórica, decidió rendir un divertido homenaje a este momento memorable. Al imitar la escena desnuda en el escenario, Cena no solo provocó risas, sino que también resaltó la importancia del vestuario en el mundo del cine de una manera ingeniosa y oportuna.

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