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El Día de la Virgen de Fátima, celebrado cada 13 de mayo, es un momento significativo para los fieles de la Iglesia Católica, quienes conmemoran las misteriosas apariciones que tuvieron lugar en 1917 en el pequeño pueblo portugués de Fátima. En aquel entonces, tres humildes pastores, Lucía, Francisco y Jacinta, afirmaron haber sido testigos de la presencia de la Virgen María, quien les transmitió un mensaje de profundo amor, paz y llamado al arrepentimiento para toda la humanidad.

Estas apariciones no solo dejaron una marca indeleble en la historia de la religión católica, sino que también transformaron a Fátima en un destacado centro de peregrinación, donde millones de creyentes acuden para venerar a la Virgen y buscar su intercesión. La devoción hacia la Virgen de Fátima ha trascendido fronteras y culturas, atrayendo a fieles de todo el mundo en busca de consuelo espiritual y esperanza.

La importancia de este día radica en el mensaje de esperanza y reconciliación que la Virgen de Fátima entregó a través de los tres niños videntes. Su llamado a la oración, la penitencia y la conversión sigue resonando en la conciencia colectiva de los creyentes, recordándoles la importancia de vivir en paz y en armonía con Dios y con sus semejantes.

Así, el Día de la Virgen de Fátima no solo es una oportunidad para recordar las apariciones marianas en Portugal hace más de un siglo, sino también para renovar el compromiso con los valores de amor, compasión y perdón que la Virgen María nos enseñó a través de su mensaje en Fátima.

CUÁL ES LA ORACIÓN PARA VENERAR A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Oh Virgen Santísima, vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: madre mía, llevadme al cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tú mi madre!

¡Oh dulce corazón de María, sed la salvación mía! Amén.

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