La Para badmintonista es una de las principales cartas de Perú para obtener una medalla en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020
Se desplazaba a diario por los pasillos de la VIDENA siempre con una sonrisa, que acompaña su deseo por ser una mejor deportista y una destacada alumna de Diseño de Modas. Así transcurrían los días de Pilar Jáuregui, la única sudamericana en Para bádminton clasificada a Tokio 2020, antes de viajar a Japón.
A sus 33 años, ella es una consagrada Para deportista, tres veces campeona panamericana de Para bádminton, reconocida como una de las mejores de América por el Comité Paralímpico de las Américas.
Aunque en los libros de historia se hablará de ella como una de las deportistas de Para bádminton más laureadas, Pilar Jáuregui quiere extender su legado profesional, ganando una medalla en los Juegos Paralímpicos, en una edición inédita, pues por primera vez en la historia, el Para bádminton fue incluido en el programa del certamen internacional más importante del mundo.
Por ello, su entrenamiento ha sido duro, a doble turno, en el Polideportivo 2 de la VIDENA. “Es la primera vez que el Para bádminton estará en unos Juegos Paralímpicos, así que estoy emocionada por participar y ser una de las mejores de América en mi categoría. Siento que estoy en el mejor momento de mi carrera, gracias a los entrenamientos a doble turno que realicé”, resalta.
Desde este recinto administrado por el Proyecto Legado, diseñado para facilitar el desplazamiento de personas con discapacidad, Pilar ha encontrado esa seguridad para no sufrir lesiones por caídas o vuelcos, permitiéndole independencia en su desplazamiento en silla de ruedas. “Tener este tipo de instalaciones ayuda a subir el nivel y la accesibilidad, sobre todo, ayuda a que mi entrenamiento sea más especializado, cumpliendo los protocolos de seguridad. Tokio es el principio de muchas cosas buenas”, enfatiza.
Pilar Jáuregui nació con luxación de cadera congénita bilateral, pero recién a los 14 años los dolores se agudizaron. Sin embargo, su espíritu de lucha la ayudó a reafirmar su convicción de que el deporte cambia vidas.
Fue así como empezó a practicar tenis de campo y luego fue seleccionada de baloncesto en silla de ruedas, llegando a representar al país en los Juegos Parapanamericanos Toronto 2015. Pero se enamoró del bádminton, un año después, luego de ver un entrenamiento de Pedro Pablo de Vinatea.
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