Hace más de medio siglo, la tragedia del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya conmovió al mundo. De los 45 ocupantes, solo 16 lograron sobrevivir al impacto en la cordillera de los Andes el 13 de octubre de 1972.
Tras 72 días de lucha por la vida, este grupo de supervivientes, se embarcó en un viaje hacia una nueva realidad. Cada uno ha tejido su propia historia, marcada por el dolor, la resiliencia y el renacer.
No vinculado al equipo de rugby, Algorta, estudiante de Economía, retomó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires y luego en la Universidad de Stanford, donde obtuvo una maestría en Administración de Empresas.
Después de dirigir una fábrica de cerveza en Argentina, se retiró en 2007, dedicándose a consultorías y a la gestión de su propio campo en Uruguay. Casado con Noelle Sauval desde 1974, Algorta ha compartido su experiencia en conferencias y en su libro «Las Montañas Siguen Allí».
“Vivimos momento a momento sin poder preguntarnos si estaba bien o mal lo que estábamos haciendo, porque si queríamos hacer lo necesario para vivir una hora más, no podíamos detenernos para cavilar” – Pedro Algorta
Convertido en cardiólogo infantil, Canessa, antes estudiante de Medicina y jugador de rugby, ha dejado huella en la medicina uruguaya. Representante de Uruguay en Sudáfrica en contra del apartheid, ha recibido el Premio Nacional de Medicina tres veces.
Su vida política en 1994 fue efímera, pero su legado médico es duradero. Autor del libro «Tenía Que Sobrevivir», Canessa motiva a otros con sus conferencias y sigue trabajando como médico y docente.
«Todos tenemos una cordillera en nuestras vidas. No hay que quedarse en la parálisis de sentirse desgraciado» – Roberto Canessa
Pancho, estudiante de Derecho en 1972, sobrevivió con una pierna herida. Tras el retorno, reveló la cruda realidad del canibalismo en la montaña. Silencioso ante los medios, concluyó sus estudios en Derecho, se casó con su novia Susana Sartori, y abrió un estudio notarial. Manteniendo un perfil bajo, Pancho se retiró del foco mediático.
“Uno se levanta de mañana y mira para los costados esos picos nevados, impresionantes. El silencio de la cordillera es majestuoso, sensacional. Es una cosa que aterra, uno está, solo, solo, solo frente al mundo y les puedo asegurar que Dios está ahí” – «Pancho» Delgado.
Parte del grupo de liderazgo, Strauch se convirtió en ingeniero y dirigió una empresa informática. 40 años después del milagro Publicó «Regreso Desde la Montaña» en 2012 y ha forjado una vida plena.
Conocido por su reserva, «Bobby» se retiró de la vida pública después del rescate. Casado con Graciana Manini, es técnico y productor agropecuario.
«Jamás vi clara la salida, lo que divisaba era una serie de matices que iban de gris opaco a un negro profundo. En esa lucha interior viví los setenta y dos días» – «Bobby» Francois
Harley después de sobrevivir, se convirtió en ingeniero y se retiró dando conferencias sobre su experiencia. Se casó y tuvo tres hijos.
“Muchos pudieron separar lo que sentían, o postergarlo para más adelante, para no derrochar esa energía que debíamos conservar en cuentagotas, porque era una lágrima lo que nos separaba de la muerte” – Roy Harley
«Coche» Inciarte, estudiante de Ingeniería Agrónoma, luchó hasta el final. Tras regresar, se casó, tuvo tres hijos, y trabajó en el sector lácteo, siendo uno de los mayores productores de lácteos de Uruguay. Falleció en 2023 a los 75 años debido a un cáncer.
“Había aprendido en esos últimos días de moribundo que la vida había que merecerla, no se recibía de regalo, y para merecerla había que entregar algo, fundamentalmente afecto, y vaya si lo habíamos entregado a los amigos vivos y muertos en todos esos días” – «Coche» Inciarte
Mangino, con la pierna izquierda rota durante la tragedia, se convirtió en ingeniero y ha compartido su experiencia dando conferencias.
“Nosotros creímos en lo que estábamos haciendo, nos focalizamos en algo que era imposible en la razón y la lógica, y lo superamos, y eso es lo que hay que transmitir, que en la vida se puede, que depende de cada uno”- Álvaro Mangino
El mayor del grupo, Methol, trabajó en una empresa tabacalera hasta su jubilación. Volvió a casarse y tuvo cuatro hijos. Falleció en 2015.
“Para mantener la fe en todo momento, a pesar de los revolcones que nos daban, teníamos que ser alquimistas. Transformar la tragedia en milagro, la depresión en esperanza” – Javier Methol
Con 18 años, era el más joven del grupo, Páez pasó de empresario a presentador de televisión. Publicó dos libros, se casó y tuvo dos hijos. Además, tras su hallazgo, su padre fue quien leyó la lista de los sobrevivientes
“Yo siento que renací en los Andes. No me refiero al nacimiento biológico, sino a la formación de un joven que cayó entre los picos nevados, y exigido por la realidad, se fue templado a los martillazos” – Carlos Páez
Tras perder a su familia, Parrado dejó sus estudios y se dedicó al automovilismo. Es autor de «Milagro en los Andes» y comparte su experiencia en charlas motivacionales. Casado con Veronique Van Wassenhove, tiene dos hijas.
“Fue el amor que siento por mi padre, y nada más, lo que me sacó de las montañas” – «Nando» Parrado
Sabella, no vinculado al rugby, ha dado conferencias y entrevistas sobre su experiencia. Trabajó como empresario en Paraguay y ha encontrado un propósito compartiendo su historia.
«Logramos sobrevivir solamente con los afectos, porque no teníamos otra cosa, salvo el uno con el otro. Armamos de la nada una sociedad exclusivamente de amistades, abandonada en el lugar más frío del mundo» – «Moncho» Sabella
Estudiante de Arquitectura, Strauch se convirtió en arquitecto, se casó y tuvo cinco hijos. Su chaqueta y documentos fueron encontrados años después por un montañista.
“Éramos un grupo de moribundos semicongelados y famélicos, que ignoraba por completo dónde estaba, abrazándose para no morir de frío, sin ningún otro elemento más que afectos e inteligencia, encontró la salida, la espiritual y la física” – Eduardo Strauch
«Fito» Strauch, estudioso de Ingeniería Agrónoma, vive en el campo, se mantiene fuera de los reflectores, dando muy pocas entrevistas y tiene tres hijos. Acompañó a Parrado y Canessa en los 4 primeros días de la expedición final.
“Cuando la muerte golpea las chapas del fuselaje, las costras banales se desvanecen, y personas comunes son capaces de gestos extraordinarios” – «Fito» Strauch
Pilar en el equipo de rugby, Vizintín ha dado charlas y conferencias. Presidente de la Unión de Rugby del Uruguay, ha trabajado en la importación de productos químicos.
“Y cuando no puedes más, tienes que seguir, porque el límite de tu esfuerzo siempre es flexible y puede estirarse un poquito más” – Antonio ‘Tintín’ Vizintín
Zerbino, médico durante la tragedia, trabajó en la industria farmacéutica y se mantuvo ligado al rugby. Divorciado, tiene cuatro hijos. Él fue que cuando vio la llegada de los helicópteros empezó a recolectar objetos de los fallecidos para llevarle a su familia.
“En el lugar preferencial de mi casa, solo tengo recuerdos de la cordillera. Fotos de muchos de los que fallecieron… Me considero el custodio de sus recuerdos sin que nadie me lo haya pedido, porque allá nadie pedía: todos daban” – Gustavo Zerbino
Estos sobrevivientes han enfrentado sus propios desafíos, construyendo vidas significativas más allá de la cordillera, recordándonos que la verdadera resiliencia se encuentra en el coraje de seguir adelante.
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