Tras la explosión, se comprobó que las torres de vigilancia eran controladas por los mismos presos.
En Ecuador, un dron dejó una bomba en un penal de máxima seguridad, sin que nadie pueda evitarlo. Tras la explosión, se comprobó que las torres de vigilancia eran controladas por los mismos internos.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha salido a explicar los daños dejados por esta detonación controlada efectuada por la Policía para destruir el explosivo colocado por el dron.
A pesar de que se trataba de una cárcel de máxima seguridad, el aparato volador ingresó al perímetro de seguridad del recinto penitenciario.
Previamente, en una de las torres había sido colocado por los propios internos, indicando que querían el regreso de Fito, uno de los presos.
Esta cárcel, con capacidad para 100 personas, quedó inutilizable. Había sido reactivada en abril del 2022, es decir, funcionó solo 1 año y 5 meses.
Hasta el momento no se sabe si este recinto penitenciario será reconstruido y en cuánto tiempo esto ocurriría.
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