Según la fundación holandesa "Acceso a la Medicina", la carga de morbilidad por diabetes es mayor en los países de ingresos bajos y medianos.
Desde comienzos del siglo XX, la insulina se ha convertido en la mayor ayuda de las 400 millones de personas con diabetes en todo el mundo. Previene complicaciones en la salud de los pacientes. No obstante, el acceso a ello no es equitativo. Los países más pobres del mundo son los que menos pueden obtener esta medicina tan importante en su tratamiento.
Según la fundación holandesa «Acceso a la Medicina», la carga de morbilidad por diabetes es mayor en los países de ingresos bajos y medianos. Esto genera una gran preocupación dado que es en estos territorios donde vive el 80% de los adultos que padecen de esta enfermedad en todo el mundo.
El informe publicado por esta fundación reveló además que sólo 29 de los 108 países estudiados cuentan con la insulina clasificada como «medicamentos esenciales» por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De estos 29 países, solamente uno es de bajos recursos. Frente a ello, la fundación holandesa estima que la cifra alcanzará los 643 millones para el 2030.
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