Conoce la historia de por qué se cazaron más de 1 millón de cetáceos en la Antártida.
En la Antártida existen áreas que fueron obligadas a convertirse en cementerios, que albergan los restos de gigantes marinos que alguna vez habitaron el Continente Blanco. Pero, ¿por qué fueron cazados desmedidamente?
Hoy en día, no solo los enormes cadáveres de enormes ballenas y cachalotes se encuentran en el lugar, sino, también las estructuras abandonadas de factorías encargadas de explotar los cuerpos de estos animales. Una que, hasta el momento se conserva, es la Estación Ballenera Hektor en la isla Decepción.
Se estima que, durante el auge por el aceite de estos animales, especies como la Ballena Azul y la Ballena Jorobada fueron llevadas al borde de la extinción. Se estima que, en total, 1.300.000 cetáceos fueron depredados por el hombre en el año 1900. Ahora, como recordatorio de este holocausto animal, sus huesos reposan al lado de distintas estaciones científicas.
Distintas estaciones Antárticas como la base Carlini de Argentina, Comandante Ferraz de Brasil en la península Keller, e incluso la base Machu Picchu de Perú, tienen en sus costas los esqueletos casi completos de estos especímenes. A pesar de las condiciones extremas de la Antártida, los huesos se rehúsan a desaparecer.
La situación del continente Antártico es preocupante. El biólogo Luis Santillán explica que, debido a la disminución de icebergs, el krill (un pequeño crustáceo) está desapareciendo, poniendo en jaque a los animales que se alimentan de él. “Si no hay icebergs, no hay enjambres de krill cerca, no hay alimento, no hay pingüinos cerca y no hay ballenas, esto es una cadena”.
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