"Pelusa", campeón del mundo con la selección argentina en 1986, falleció el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años debido a un paro cardíaco.
BUENOS AIRES, 24 nov (Reuters) – A un año de la muerte del astro del fútbol Diego Maradona, miles de seguidores lo recordarán con una serie de eventos en Argentina y el mundo, mientras proliferan los homenajes y crecen los pedidos para que la justicia esclarezca las circunstancias de su fallecimiento.
«Pelusa», campeón del mundo con la selección argentina en 1986, falleció el 25 de noviembre de 2020 a los 60 años debido a un paro cardíaco, luego de arrastrar diversos problemas de salud y haber sido sometido a una cirugía craneal.
La vida de Maradona, quien nació en un barrio muy humilde de las afueras de Buenos Aires y se convirtió en uno de los mejores futbolistas de la historia, fue llevada a series de televisión, murales y estatuas.
«El Diego nos hizo sentir tantas cosas a nosotros (…) fue maravilloso, fue como ver a un pibito (niño) que no tenía nada y de golpe lo tenía todo. Entonces (fue) hacernos soñar e imaginar que también podemos hacer cosas grandiosas», dijo a Reuters Televisión Ezequiel Rossi, un docente argentino de 34 años.
Los homenajes no solo sucederán en Argentina.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) hará el jueves un tributo en Montevideo, donde se jugarán las finales de la Copa Sudamericana (20 de noviembre) y de la Copa Libertadores de América (27 de noviembre), un torneo que Maradona nunca disputó.
«Se rendirá tributo a uno de los más grandes futbolistas de la historia, recordando el aniversario de su fallecimiento», dijo la Conmebol en un comunicado.
La vida personal de Maradona fue tan cambiante y polémica como su vida profesional. Excesos con drogas y alcohol, altisonantes declaraciones públicas e hijos reconocidos solo tardíamente en todo el mundo -además de su hijas mayores Dalma y Gianinna- marcaron al ídolo.
Recientemente, una mujer cubana lo acusó de violencia sexual.
Como parte de los homenajes, el club italiano Nápoles, donde el jugador es endiosado tras llevarlo a ganar sus dos únicos títulos en la Liga Italiana -en 1987 y 1990-, jugará tres partidos en noviembre con camisetas con el rostro en blanco y negro de un joven Maradona para honrar a «una figura emblemática de su era y un ícono indiscutido del fútbol mundial».
En Riad, capital de Arabia Saudí, Barcelona y Boca Juniors -clubes en los que jugó el ícono- disputarán el 14 diciembre la «Maradona Cup», un partido de homenaje por el primer aniversario de su muerte.
Sin embargo, su entorno más íntimo sigue demasiado conmovido por su muerte como para participar de homenajes.
«Ese día es el peor día de mi vida (…) Siento que ese día no es para homenajear ni conmemorar y mucho menos festejar», dijo recientemente Dalma Maradona, una de sus hijas, en Instagram, anunciando que no participará de los eventos.
Los argentinos recuerdan sus habilidades en la cancha pero también las polémicas, como una adicción a la cocaína que lo llevó rápidamente al final de su carrera y su relación con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Fidel Castro en Cuba.
«La gente le echa la culpa toda a Maradona, pero Maradona no se manejaba solo (…) ¿Cómo dominás a una persona que es adicta y tenía la vida que llevaba? Insisto, no justifico lo que hizo con muchas cosas (…) no sé, por eso separo al jugador del ser humano», manifestó a Reuters Televisión Alejandro Sterli, un instructor de tiro de 61 años.
JUSTICIA
Mariano Israelit, uno de los mejores amigos del «10», dijo que desearía que se aclaren las circunstancias en las que murió, ya que una junta médica designada por la Justicia indicó que el equipo que asistió al ídolo antes de su muerte actuó de modo «inadecuado, deficiente y temerario».
La Justicia procesó este mes a los siete profesionales de la salud que asistieron a Maradona por presunto homicidio con dolo eventual.
«Todavía no caigo que (Diego) no esté, que no lo pueda llamar, que no pueda compartir un asado, que no pueda compartir una charla. No solo que no está sino que no se sabe quién lo mató todavía porque Diego no se murió, a Diego lo mataron», expresó Israelit a Reuters en una entrevista reciente.
Israelit contó que los cuidadores del astro del fútbol les impedían a amigos y familiares visitarlo el último tiempo, además de bloquearles el teléfono, y que la última vez que lo vio, Maradona le pidió que no lo abandonen ni lo dejen solo.
«Él era espontáneo, era muy fresco, muy lúcido, (pero) hacía dos años no estaba en esas condiciones. Era un tipo muy pillo (astuto). Ahora era otro Diego, no es el Diego con el que yo conviví, con el que yo trabajé, el que yo traté. Este era un Diego apagado, un Diego triste, depresivo», contó Israelit.
«Terminó solo porque no lo dejaron ver ni a su familia ni a sus amigos», agregó sobre los últimos días de Maradona, a quien llamaba cariñosamente «Pequeño» o «Nene» por su baja estatura.
Cuestionado por sus actitudes no obstante reivindicadas por quienes lo consideran un eterno defensor de los más débiles, la figura de Maradona se ha convertido en un emblema del fútbol tal vez superior a las del brasileño Pelé o sus compatriotas Alfredo Di Stéfano y Lionel Messi.
«Si me muero, quiero volver a nacer y quiero ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Armando Maradona. Soy un jugador que le ha dado alegría a la gente y con eso me basta y me sobra», dijo el ídolo en una entrevista con un medio local en 1992.
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