ST JOHN’S/TORONTO (Reuters) – Canadá se convirtió en el primer país industrializado en legalizar el uso recreativo del cannabis el miércoles, aunque por ahora será difícil conseguir marihuana legal en las ciudades más grandes del país, como Toronto y Vancouver, por falta de tiendas habilitadas.
Comercios en Terranova y Labrador, la provincia más oriental de Canadá, iniciaron las primeras ventas legales de marihuana a medianoche. Más de 100 personas desafiaron el frío y el viento en la capital de la provincia, St. John’s, haciendo fila frente a una tienda de la marca Tweed de Canopy Growth Corp, el productor de cannabis más reconocido del mundo.
El presidente ejecutivo de Canopy, Bruce Linton, dijo que las primeras ventas autorizadas fueron a Ian Power y Nikki Rose. «Salí esta noche para ser la primera persona en Canadá en comprar el primer gramo legal de cannabis recreativo, para (…)ver finalmente el fin de la prohibición en Canadá», dijo Power.
El día fue histórico para el país, ya que los canadienses adultos podrán fumar legalmente marihuana después de una prohibición de casi un siglo. Pero la aprobación por ahora de pocas tiendas y la escasez de hierba suministrada a esas tiendas hace que parezca difícil, al menos en un comienzo, terminar con el mercado negro.
«Habrá muchas celebraciones en el día, y casi todas serán con cannabis ilegal» en las ciudades más grandes de Canadá, dijo Brad Poulos, instructor y experto en cannabis de la Universidad Ryerson en Toronto. «Los consumidores de cannabis recreativo en Canadá… simplemente seguirán con sus fuentes de suministro (existentes) hasta que el sistema legal se ponga al día».
Con todo, los consumidores canadienses pueden comprar marihuana legal por internet, a gobiernos provinciales o minoristas autorizados, aunque la entrega demorará unos días.
Muchos países que solo aprueban el uso medicinal de la marihuana están mirando la legalización del cannabis para fines recreativos en Canadá, que cumple una promesa de campaña del primer ministro Justin Trudeau del 2015.
La medida tiene como objetivo quitar ganancias al crimen organizado y regular la producción, distribución y consumo de un producto que millones de canadienses consumían hasta ahora ilegalmente.
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