Colegios deteriorados tras permanecer 17 meses cerrados

El colegio público Túpac Amaru es una de las tantas instituciones educativas en nuestro país que se han visto afectadas por la pandemia. Tras el cierre de sus instalaciones por 17 meses, el deterioro en su infraestructura por falta de mantenimiento es evidente.

Edgard Trejo, presidente de la coordinadora nacional de padres de familia y Apafas del Perú, asegura que las condiciones de muchos colegios no son las adecuadas para el retorno a clase de nuestros niños.

“Las aulas no están en las condiciones pertinentes para que nuestros niños asistan; así mismo, tampoco hay agua para que puedan tener la higiene que se requiere”, dice Trejo.

Por otro lado, los maestros piden además de mejoras en los colegios un monitoreo constante de casos. “Pedimos por lo menos una prueba de antígenos para garantizar un análisis permanente de nuestros estudiantes y así mantener el cuidado de la salud, porque el hecho que ocurran contagios es costosísimo, sobre todo, para las familias que no tienen recursos”, dice Heli Ocoña Alejo, Decano del Colegio de Profesores del Perú.

Hasta el momento se ha vacunado un 50% del personal de escuelas; sin embargo, desde el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP) esperan un retorno a la semipresencialidad con un 30% más del personal inoculado.

“Los primeros que queremos regresar a desarrollar clases presenciales somos los maestros. Nosotros consideramos que es sustantivo que exista un proceso de vacunación acelerado y un cronograma especial”, explica Lucio Castro, presidente del SUTEP.

Según el último reporte del Ministerio de Educación, 5350 de los 68 mil servicios educativos habilitados a nivel nacional operan en semipresencialidad.

Pero, ¿Qué tan seguro es la escuela según la experiencia en semipresencialdad? Si bien durante los tamizajes se halló casos de Covid en escuelas de Arequipa y Loreto, se determino que los contagios en maestros y tres niños fueron por actividades comunitarias externas a la escuela.

“De 220 mil estudiantes y 15 500 docentes, tener estos casos muy focalizados en Arequipa y Loreto nos demuestra que la escuela puede ser un espacio seguro siempre y cuando las condiciones epidemiológicas lo permitan y se cumplan todos los protocolos de bioseguridad”, explica el director general de la Dirección General de Gestión Desrealizada, Carlos Vera.